El discurso de Griñán para ser investido presidente de la taifa del sur, ha sido un monumento a más de tres décadas de corrupción socialista en Andalucía. La única novedad es que nos van a subir los impuestos. Y es que ahora también hay que mantener a los chicos de IU. En cuanto al compromiso ético anunciado por el hijo del escolta de Francisco Franco, he de decir que tiene menos credibilidad que un nazi hablando de derechos humanos. Lo único verdaderamente destacable sobre la investidura de este botarate, es la acusación de Rosa Díez que señala a Griñanito de ser el padre de la corrupción. Acusaciones de las que deberá responder penalmente en los tribunales. El resto, no le interesa a nadie, más allá de los que viven de la teta andaluza. De todas maneras, los de la secta del capullo se comportan como aquel amante acomplejado por tener la pichilla pequeña, que dice, a modo de excusa, no tener el barco muy grande, pero que nadie es capaz de remar como él. Lo que no sabe el muy desgraciado, es que para ser buen remero se necesita entrenamiento, esfuerzo y constancia. Cualidades, todas ellas, que jamás formarán parte del ADN socialista.
Eto Morales que es indio y ejerce de tal, ya me entienden, ha nacionalizado a otra empresa española. Sigue el ejemplo de Argentina, sólo que esta vez pagará un precio justo, vaya usted a saber cual, por la expropiación. El gobierno de España se puso flamenco con los primeros, pero se ha mostrado sumiso, y hasta agradecido con los segundos, que son los primeros cocaleros. En cosas de política exterior, hay una gran diferencia entre aplicar la antaño mano dura del Duque de Alba, a la sumisión del presidente de payasos sin fronteras; Miguel Ángel Moratinos. De cualquier manera, si el gobierno del PP no es capaz de mostrar firmeza en las aguas que bañan Gibraltar, que son, por supuesto, españolas, no podemos esperar más que la fuerza se les vaya siempre por la boca. Gobierne quien gobierne. La alocución en exteriores siempre es patética.
Otro tipo de discurso, mientras España es humillada en el exterior, lo ha dado Karanka, segundo entrenador del equipo de la ultraderecha. Tras ganar la liga de aquella manera, el técnico vasco ha abierto la boca pero era la voz de su ventrílocuo; el señor Mourinho. Ese portugués que ya no se acuerda del Villarato, ni de haber bajado a los aparcamientos a insultar a los colegiados. Ni mucho menos de las patadas a los contrarios, ni de los cortes de manga de sus portugueses; ese país que sigue siendo una colonia británica cuyo nacionalismo se basa, como el de todos los nacionalismos periféricos, en el odio a España. Lo único importante es que los periódicos patrios han justificado a este pastor lusitano, y con ello, la violencia en el deporte. Todo con tal de que gane su equipo. ¡Allá ellos!
Todos los personajes aludidos aquí no padecen nada que la reencarnación no vaya a curar. Hasta entonces, hemos de aguantar con suma paciencia que se sigan riendo de todo el personal, porque tienen algo de lo que nosotros carecemos; mucho que mejorar.
Sergio Calle Llorens
Estoy convencida de que los portugueses son unos acomplejados con España, pero también es exagerado calificarlos de colonia, porque en ese caso huelen muy mal. Salud
ResponderEliminarEva
No creo que sea una exageración afirmar que Portugal sea una colonia británica de facto. Ahí está su historia. Saludos
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