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jueves, 18 de mayo de 2023

¡DESMONTANDO FALACIAS!

 



Josep Tarradellas estaba en el exilio en Francia mientras sus paisanos vitoreaban a Franco en Cataluña. Le agradecían el orden y que hubiera puesto fin a la locura de comunistas matando a socialistas, anarquistas y todos estos asesinando a todos los demás. También ayudaba el hecho de que el dictador obligase a financiar las industrias vascas y catalanas. Además, impuestos, lo que se dice impuestos, se pagaban muy pocos. En términos económicos, el gallego fue la mejor cosa que les ocurrió a los catalanes.

Otro punto interesante es que la enseñanza vehicular era en español, y el catalán estaba vetado en las aulas. En la Cataluña norte, que es como los nacionalistas llaman al Rosellón y condados próximos, la enseñanza tampoco es en catalán sino en la lengua del republicano Robespierre, Pero ni antes, ni ahora. Sin embargo, la producción literaria en catalán era amplia en España durante el régimen del General Franco, y ahí están los libros y los premios concedidos para demostrarlo.

Otra falacia es que el español no tiene futuro en Cataluña porque las autoridades regionales no permiten la enseñanza en la lengua común de todos los españoles- un dato científicamente probado- pero un análisis detenido de los datos arroja una conclusión ciertamente preocupante: el catalán se está muriendo. De hecho, sólo el 32,4 por ciento lo usa a diario. Ya sabíamos que imponer una lengua disminuye su número de hablantes.

Tampoco ha ayudado la inmigración por la que ha apostado la Generalitat. Esta población prefiere expresarse en español fuera de las aulas y las imposiciones. Incluso en Gerona se usa cada vez menos. Tampoco pinta bien el mercado audiovisual cuando todas las grandes series y películas tienen tantos problemas para ser dobladas al catalán. Sencillamente no interesa económicamente a las grandes plataformas.

Yo todo esto lo escribo con pena porque tengo una gran querencia por el catalán, pero no he de callar ante los desvaríos y locuras de su clase política que, lejos de ser la mejor de las embajadoras de la lengua, la usa como si fuera un martillo para atizar a todo aquello que huele a español. Son los mismos que piensan que Cataluña es respetada en el extranjero cuando, de veras, tiene el mismo peso político que la Región de Murcia.

Las lenguas se usan o no se usan, y si no se usan se mueren. No depende de mí. Yo sólo disfruto de ellas. No me siento menos español por disfrutar de parte de mi vida en la otra lengua, ni me considero menos que nadie. Yo, sencillamente, amo al catalán casi tanto como al español. Puede que todo responda a que nunca me gustaron los separadores ni los separatistas cuyas actitudes que son el choque de dos constelaciones solares, de dos universos, o simplemente el desencuentro de personas que lo tienen todo en común: incluidas las lenguas.

¡Desmontando falacias!

Sergio Calle Llorens


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