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viernes, 13 de noviembre de 2020

¡NUUK!

A mí me pasa con mi mascota lo que a muchos hombres con sus mujeres; que siempre prefieren la de los demás. Esta es una forma dulce de describir mi profunda animadversión hacia mi perro. Sé que no debería sentir nada malo hacia él, pero Nuuk, que así se llama el animalito, me trae por la calle de la amargura.  Todo comenzó cuando se quedó paralítico de las patas de atrás por beberse el agua del cubo de la fregona. Tuve que pagarle un carísimo tratamiento, pero volvió a caminar, aunque no recuperó del todo el control de sus patas de atrás. Yo quería utilizarlo para participar en carreras de trineos, pero él no es un perro de tiro y soy yo el que va tirando del animalito a todas partes. Dicha de otra manera, no me sirve para correr, pero me entran unas ganas locas de correrlo a gorrazos, no porque no le vayan las carreras sino porque la única que gana es la de ponerme de los nervios en pases de mañana, tarde o noche. Al alba porque no dejar dormir. Aúlla y lloriquea, aunque lo haya sacado dos horas antes. A la hora del crepúsculo porque no sabe interactuar con los de su especie. En la oscuridad porque roba cuan miembro de la secta del capullo.

Nuuk es tozudo. Nuuk es un pesado. Nuuk es infantil. Nuuk hace lo contrario de lo que quiero. Nuuk es mi perro, pero me gusta menos que un discurso de Pedro Sánchez. Sé que es difícil de explicar o puede que yo no sepa explicarme mejor. La gente me dice: “pero es tu perro” y yo siempre respondo: “al igual que hay personal que detesta a su hermano o a su suegra, yo no aguanto a mi mascota”. Además, por mucho que yo he intentado amarlo, no me ha salido.  Nuuk es, como decimos en inglés, “a pain in the ass”. El tipo que me saca de mis casillas. El supuesto ángel que saca el diablo que llevo dentro.

Sé que estaremos juntos hasta el final a pesar de que me jode a conciencia. También estoy convencido de que muchos se escandalizarán al leer estas líneas. Especialmente aquellos salvajes que valoran más la vida del perrito Excalibur que la del niño muerto hace dos semanas en Valencia por peritonitis.  Cosas de los recortes sanitarios. Sí esos de los que yo alertaba en el pasado. Cuestión de prioridades morales. 

Sólo me queda recordarles que Hitler decía que “mientras más conocía a los hombres, más le gustaba su perro”.  A mí, en cambio, me gusta repetir que mientras más conozco a mi mascota, menos me gustan sus defensores.

Sergio Calle Llorens

 




 

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