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martes, 20 de junio de 2017

EL AMITYVILLE DE MÁLAGA

Hay casas encantadas y viviendas disgustadas de conocer a sus inquilinos. El caso del apartamento donde ocurrieron los hechos que les voy a relatar a continuación entra en ambas categorías. Una experiencia regada de imágenes paranormales. Un hombre que se ve de pronto en la piel de un asesino. Un trance que ha dejado una huella imborrable en el ático de la memoria de la pareja malagueña que decidió alquilar un apartamento, muy a su pesar, en la barriada malagueña de El Palo.  Se trata de la última planta del número 45 de la Carretera de Almería, junto al edificio Bahía. Domicilio que ya es conocido como el Amityville de Málaga.

Primera Noche

La noche se adentra en la madrugada cuando la pareja decide irse a dormir tras una agotadora jornada de trabajo. Todavía quedan algunas cajas sin abrir en el salón de la vivienda. El silencio es absoluto y nada parece presagiar el sueño de terror que acompañará a Adrián mientras viva; a su mente acuden imágenes de un hombre con un cuchillo en la mano. Parece buscar a alguien con la intención de quitarle la vida. De pronto puede verse claramente en la pesadilla; el individuo que porta el arma es él. Su rostro es tan nítido como los atardeceres cárdenos del mediterráneo que, por otra parte, se encuentra a dos cañas del dormitorio donde debían descansar los novios. Cristina no tarda mucho en percatarse de que algo va rematadamente mal; primero la respiración acelerada y luego los gritos de pavor de su enamorado. Él no es un tipo que se asuste con facilidad y menos de una pesadilla. Confiesa que la primera vez que lo vio, marchaba orgulloso  y valiente como un Caballero Confederado. Un hombre bragado en mil batallas y no un ratoncito asustado por un delirio nocturno. Pero por más que intenta despertarlo, no puede. Adrián sigue sumido en un océano de zonas foscas en las que busca a su víctima para hincarle el arma blanca en la noche oscura. Cristina pasa del miedo al pánico y, sin pensarlo demasiado, dirige dos bofetadas al rostro de Adrián. Éste, aterrorizado y empapado de sudor, despierta para confesarle lo siguiente:

Yo quería matar a dos personas en este apartamento pero ellos corrían. Luego les clavaba un cuchillo y había sangre por todas partes”

Tras abrazarle en un vano intento de consolare, va a la cocina en busca de un poco de agua. Al encender la luz, siente que alguien la está observando. Tonterías, piensa, después de todo es la primera noche en un apartamento que no conoce. Percibe algo a su espalda, se da la vuelta y ve una sombra que le hiela el alma. Por un instante parece que el corazón le va a estallar en el pecho. Duda unos segundos bajo el quicio de la puerta de la cocina. Prende la luz del salón y la de la entrada. Teme que en la casa haya alguien más. Pero allí no hay nada, al menos no hay nada que pueda ser considerado de este mundo. Se gira de nuevo dejando escapar un gritito porque alguien ha apagado la luz de la cocina. Tal vez se haya fundido, sin más, intenta convencerse. Vuelve a prenderla y sin dudarlo más de lo necesario, toma la botella de agua mineral y corre en dirección al dormitorio. Allí Adrián se encuentra al borde de un ataque de pánico. Siente que le falta el aire y un intenso dolor en el pecho le impide moverse en la cama. Cristina se teme lo peor; un infarto. Le toma un pulso acelerado pero lejos del ataque de miocardio. Se serenan ambos y poco a poco la madrugada, o lo que queda de ella, va volviendo a la normalidad. Son las cinco y media de la mañana.


Segunda Noche

El quehacer de la segunda noche es tratar de entender lo acontecido la alborada anterior. Lo de Adrián, para ella, solo pudo ser una pesadilla y el dolor del pecho  debe de ser el estrés del trabajo. Nada más  y nada menos. Lo de Cristina, para él, puede ser explicado como una mala jugada de la imaginación. Sea como fuere, terminan de cenar la merluza a la marinera antes de pasar a colocar el contenido de las cajas dichosas que siguen esparcidas por el salón. Finalmente deciden sacar a la mascota, un precioso conejo blanco, de la jaula. Después de todo, al animalito le encanta pasear. Sin embargo, el lagomorfo se niega a inspeccionar su nuevo territorio. Incluso cuando intentan sacarlo de la jaula,  chilla como si temiera que le hicieran daño. Perplejos, deciden cerrar el calabozo del amigo orejudo. Y mientras  Adrián lava los platos, Cristina comienza a cerrar todas las puertas de las habitaciones porque siente que alguien los observa. Una sensación que se acrecienta con el trascurso de las horas.

Reina la oscuridad y desde la cama ella observa una sombra que se alarga en el pasillo. Luego escucha voces en el salón. Está paralizada por el terror y de nuevo su novio comienza a tener un mal sueño. Lo llama a gritos hasta que consigue despertarlo. Otra vez ese intenso dolor en el pecho. Son las seis de la madrugada cuando todo vuelve a la normalidad, si es que puede usarse ese término en el número 45 de la Carretera de Almería. Cristina le cuenta lo de las sombras y una tiniebla de sospecha se cierne sobre la pareja.

Tercera Noche

Es Cristina la que está preparando una ensalada malagueña que va a acompañar con unos boquerones vitorianos. Adrián, por su parte, ha comprado un vino blanco de uva atintada que degustan durante la cena. Hay risas, confesiones y tranquilidad en una velada muy agradable hasta que llega la hora de acostarse. Y es que junto a la cama del dormitorio aparece una mancha bermeja que tratan de quitar, sin éxito,  con todos los productos que tienen a mano en la cocina. Tras varias horas intentándolo, desisten. Están demasiado cansados y abrumados para continuar. No tardan en caer en los brazos de Morfeo hasta que una conversación, que llega desde el salón, les despierta. Suena un despertador sin pilas y cuando encienden la luz se dan cuenta de que no tienen corriente eléctrica. De nuevo ese sentimiento de inquietud, de sentirse observados por una fuerza maligna. No tienen otra opción que llamar a las voces que todavía suenan en el salón de la vivienda. Avanzan despacio. Él, delante, sosteniendo una linterna y ella detrás sosteniéndose en su espalda. De pronto una figura fantasmal cruza el salón. La puerta del dormitorio se cierra de golpe y ellos gritan a pleno pulmón mientras las campanas de la  iglesia de El Palo, que como todas las del Mediterráneo tocan por el alma de los marineros muertos en alta mar, marcan las cinco  y  media de la madrugada.

Cuarta Noche

La pareja tiene los nervios destrozados por lo que deciden cenar fuera antes de tornar a la casa que, lejos de ser un refugio, se ha convertido en una amenaza. Es Cristina la que desliza la idea de abandonar el apartamento donde ocurren fenómenos tan inexplicables. Una idea que visita su mente cuando vuelve a ver aparecer la mancha junto a la cama. Mancha que ahora desprende un olor nauseabundo. Se van turnando en el intento de eliminar la extraña salpicadura del suelo que, incomprensiblemente, vuelve a aparecer como por arte de magia. Agotada, Cristina decide darse una ducha caliente pero al salir contempla espantada la imagen de un hombre que la contempla desde el otro lado del espejo. Aúlla de puro pánico. Finalmente se abraza a su novio que la cubre con un albornoz intentando comprender lo que acaba de ocurrir en el baño. Entonces sueña el portero electrónico como un heraldo de malas noticias. Contesta Adrián que ahora escucha la voz de una mujer:

·         ¿Viven ustedes en esa casa?
·         Sí claro ¿quién es?
·         ¿De alquiler?
·         Sí.
·         ¿Y saben ustedes que ahí se cometió un crimen recientemente?
·         ¿Señora por favor de qué me habla?
·         Hace unos meses uno de los hombres que vivía en esa casa mató a su madre y le quitó la vida a su hermano. Luego se suicidó clavándose un cuchillo en el tórax.
·         ¿Esto no será una broma verdad?

La misteriosa mujer corta la comunicación y, aunque Adrián va en su búsqueda, todo es en vano. Nerviosos por la revelación, la pareja decide abandonar el edificio y pasar la noche con unos familiares que viven cerca de la Playa de la Caleta. A la mañana siguiente contactan con la inmobiliaria de Rincón de la Victoria que les alquiló el inmueble. Le piden explicaciones por no haberles informado del macabro asesinato que llevó a la muerte a tres miembros de la misma familia en septiembre de 2016. Éstos, sin inmutarse, responden que la ley no les obliga a informar a los nuevos inquilinos de los sucesos luctuosos que se hayan producido con anterioridad a la toma de posesión de una vivienda tales como; incendios con resultados de muertos, violaciones, asesinatos o suicidios.

El Crimen

El hermano menor de 35 años acuchilló a su pariente de 38 años la noche de autos. Al parecer sufría problemas económicos aunque otras fuentes de la investigación señalan que padecía esquizofrenia. Luego asesinó a su madre de 59 años que era viuda. Lo más aterrador, al margen de las vidas humanas perdidas, es el hecho de que el hermano superviviente recibió una llamada en su móvil a las cinco de la madrugada- probablemente de su madre  que agonizaba- de la que no fue consciente hasta la mañana siguiente. La misma hora en la que Adrián y Cristina solían despertarse en el dormitorio donde aparecieron los tres cadáveres. A día de hoy, la pareja no ha querido volver a pisar el número 45 de La Carretera de Almería dejando atrás muchos de los muebles y enseres que les pertenecen.  Ni siquiera han podido recuperar su dinero.

Estamos ante un caso que ha sido bautizado por los lugareños como El Amytiville de Málaga. La vivienda, a día de hoy, sigue a la espera de que una nueva pareja de incautos entre por las puertas de la casa maldita. Un punto negro más en la lista de lugares encantados de la Capital de la Costa del Sol como el número 9 de Calle Císter donde se produjo el mayor caso de Poltergeist de España-  la Editorial Plaza y Jané- el Cementerio Inglés con sus historias aterradoras, el  Camposanto de San Miguel- donde se aparece el fantasma de Jane Bowles en su aniversario- o el archiconocido Cortijo Jurado. Hay quien dice que la lista comienza a ser tan larga como las madrugadas en el número 45 de la Carretera de Almería.

Sergio Calle Llorens



martes, 13 de junio de 2017

TAXISTAS

Si aceptamos a Arabia Saudí como animal de compañía en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, podemos incluir a China, aunque sea tras soltar una larga carcajada, en la lucha contra “el cambio climático”. Lo que no podemos tolerar, y en ningún caso, es llamar refugiados a la masa humana que está invadiendo el territorio europeo gracias a Frau Merkel y compañía. Refugiados, entérese bien, es aquel que se cobija en otro país huyendo de una persecución política, racial o religiosa. La mayoría que arriba a las costas europeas son, reconozcámoslo de una vez, africanos. Y llegan en masa porque hay una sobrepoblación en sus países. Aquí tienen algunos datos que demuestran el incremento de la demografía en algunas de esas naciones en muy pocos años.

·         Níger ha pasado de 30 a 70 millones.
·         Chad ha sobrepasado los 35 millones de los 14 que tenía.
·         Sudán ha alcanzado ya los 80 millones.

Les hablo de una población que busca una vida mejor lejos de las paupérrimas condiciones de vida en sus naciones pero, en ningún caso, huyen de persecución alguna. Estos africanos pagan 1500 euros por un viaje a Europa a través del mediterráneo. Las mafias que se dedican al contrabando de seres humanos ganaron, y solo el pasado año, la friolera de 300 millones de euros. Un gran negocio ya que los africanos se ponen en contacto con las organizaciones humanitarias en Italia para concretar puntos cercanos a la costa libia- unas 12 millas náuticas en la mayoría de los casos-y por eso son estas mismos organismos los que llegan antes que nadie a las barcas donde se encuentran los subsaharianos. Antes incluso que cualquier buque de la Armada Italiana. Según la ley internacional, al ser abordados en las cercanías de la costa libia, los pasajeros de esos barcos deberían ser llevados al puerto de mar más cercano, es decir al de Zarzis en Túnez. Pero lo que en realidad ocurre es que las propias organizaciones humanitarias les hacen de taxi a los futuros inmigrantes. Por lo tanto, se puede concluir que con el pretexto de rescatar a “los refugiados”, los gobiernos están transportando a miles de ilegales en operaciones que están haciendo de oro a organizaciones criminales que trafican con seres humanos. La propia agencia europea de la Guardia y Control de Fronteras- Frontex- acusa directamente a las agencias humanitarias- muchas de ellas financiados por George Soros- de estar ayudando a estos criminales.  Incluso ya hay jueces italianos que apuntan en la misma dirección. Por cierto, la única vez que se ha interrumpido este tráfico de taxis marinos fue cuando se produjo la última reunión del G-7.

También hay que dejar claro que solo un  26% de la población que arriba a Europa puede ser considerada como refugiada. Ante esta situación, que empieza a ser ya insostenible, la única solución posible, al margen de mandar al paro a los políticos responsables del desaguisado, es implementar una política de incentivos que ayuden a progresar a los países africanos para que su buena gente no tenga que buscar un futuro mejor en tierras lejanas. Y en cuanto a los refugiados musulmanes de los cuales, de momento, todavía  no se conoce ningún caso en el que hayan sido admitidos en sus fronteras por sus hermanos de religión. Por lo tanto, habría que exigir que hasta que Arabia Saudí no aloje a los sirios que huyen de la guerra  en sus 150.000 tiendas de campaña, todas con aire acondicionado, Europa se abstendrá de aceptar esta política de hechos consumados que consume al continente que ha dado la civilización más importante de la historia de la humanidad.


Sergio Calle Llorens

miércoles, 7 de junio de 2017

SUECIA PARANORMAL

Suecia es uno de los países más desarrollados del mundo. Una nación que exporta música, coches, muebles y bellas Diosas vikingas. Un país cuyos habitantes son cultos, radicalmente neutrales y con querencia por la lectura. Un rincón tan grande como California pero tan poco poblado que, entre otras cosas, esconde leyendas, mitos y misterios prestos a la descubierta. Enigmas que llenan de incredulidad a las mentes más empíricas. Mentes que no deberían visitar sus lugares más encantados si no quieren abandonar su cómodo escepticismo pues aquí encontrarían, sin ningún género de dudas, aquello que no estaban buscando:

1-      Frammegarden: Está situada a poco distancia de la frontera noruega y tiene el honor de ser considerado el lugar más encantado de toda Suecia. En verdad, son muchos los que han escrito sobre el lugar pero casi nadie había podido pasar una noche entera en el viejo edificio que data de 1700. Y es que el inmueble desprende una sensación de pánico intenso. Sobre este hotel, la leyenda y la historia oficial coinciden; dos niños fueron encerrados en un dormitorio de la casa donde se les mató literalmente de hambre. Se trataba de Kerstin Erikdotter y Nils Eriksson. En la habitación de la muerte, como se la conoce popularmente, se dan todo tipo de fenómenos extraños: voces de niños llorando desconsoladamente, pasos y música de piano sin que haya presencia humana. En esas cuatro paredes, donde hallaron la muerte los chiquillos, también se producen fenómenos como el de un espíritu golpeando una pelota y  psicofonías  aterradoras.  Caminar a oscuras por los largos pasillos de Frammergarden es considerado como un deporte de alto riesgo para los trabajadores del bello hotel escandinavo.

2-      Kronovalls VinCastle: Se encuentra entre las localidades de Tomellia y Brösarp Österlen, en el sur de Suecia en una región conocida como Skane. El Castillo es una joya arquitectónica que data de 1400 que fue propiedad de Hugo Hamilton. Una de sus hermanas estaba viviendo un romance con el hijo del guarda-bosques. Cuentan que cada noche se escapaba de su habitación para ir a reunirse con su amante. En una madrugada fría de invierno, la joven tomó la trágica decisión de tomar un atajo usando el estanque que, a esas alturas del invierno, estaba completamente helado. Desgraciadamente para Isabel Hamilton, el hielo cedió y nadie pudo hacer nada por salvarla. Tenía tan solo 16 años y unas ganas locas por vivir. Desde entonces, las habitaciones del magnífico castillo han visto apariciones de la joven Isabel. Los trabajadores han afirmado haberla visto bailar en la habitación  Chadornay.  A algunos clientes se les ha aparecido, y  siempre  en mitad de la noche, una vieja dama sentada en la cama de al lado tocando un instrumento. A pesar de todo, ni Isabel ni la dama son consideradas como una presencia maligna. Adonde los empleados del hotel no quieren acercarse, y bajo ninguna circunstancia, es a la cámara llamada Caubernet Savignon. Afirman advertir una gran angustia en ese lugar. En el comedor se puede percibir un fuerte aroma a tabaco que, sorprendentemente, desaparece tan rápido como ha venido. Es como si los espíritus de aquellos que una vez señorearon en esas estancias volvieran a tomar posesión de su antigua morada cuando los huéspedes duermen o, como ocurre en la habitación Pinot Noir son despertados cuando una presencia desconocida les toca. Es evidente que el castillo retiene el misterio y deja sin aliento a los que lo visitan de día, pero cuando se alargan las sombras y cae la noche,  la visita se convierte en una experiencia aterradora.  Y es que caminando entre sus largos corredores, uno tiene la sensación de no estar solo porque algo, o alguien,  está observando. Sin embargo, esas sensaciones tomaron cuerpo de prueba cuando la cámara captó lo que parecía alguien moviendo un vestido o, el momento en el que el fantasma se hacía visible.  Parece que Isabel sigue teniendo querencia por la segunda planta del castillo.

3-      La Mina de Plata: Puede ser localizada en el suroeste de Sala en Västmalnland y estuvo en funcionamiento desde 1400 al 1800. Durante sus mejores años, llegó a producir de 3 a 5 toneladas de plata al año. Fue la mejor mina de toda Suecia y fueron muchos los que perecieron en ella. Gracias a la actividad minera, Sala se convirtió en tiempos pretéritos en la segunda capital más poblada de Suecia. Hoy, en cambio, el lugar es una sombra desde que la mina cerrara en 1962. Para visitar la mina, los trabajadores que hoy acompañan a los turistas golpean tres veces una roca en concreto para que, según la propia versión de los guías, la Dama de Blanco sepa que el grupo va a bajar a sus dominios. Ésta ha sido descrita como una mujer bella y  rubia joven a la que le encanta la compañía de los hombres pero que, en ningún caso, tolera a los que usan un lenguaje chabacano en su presencia. Siempre se aparece vestida de blanco pero si alguien la ve de negro, es momento de salir porque es un heraldo de muerte. Los lugareños afirman que no es un fantasma, ni un espíritu sino una entidad buena que advierte del peligro a los que se atreven a bajar a los más de 300 metros de profundidad de la mina. La bondad de la Señora de la Mina, como era conocida por los mineros, contrasta con los fenómenos paranormales que acontecen en el interior del edificio que solía servir de Oficina Central de la explotación minera; Trabajadores que son empujados por las escaleras, sillas empujadas por una fuerza invisible y poltergëist en la cocina. Lo más aterrador es la figura que suele aparecerse para abrir la puerta del complejo. Un lugar donde se escucha la dulce música de un piano que se encuentra en muy mal estado de conservación.  Hay quien apunta al hecho de que todos los mineros muertos solían colocarse en la entrada de la casa del gerente tras los accidentes que les habían costado la vida, como la causa de tanto fenómeno extraño.

4-      La Mansión Wanbo: Fue construida en 1700 pero alberga un sótano que data de 1050. Allí solían atar los cadáveres en posición vertical con cadenas detrás de paredes durante todo el año y, solamente en invierno, que era cuando las aguas del Lago Northern Bark se helaban, trasportaban los cuerpos a la iglesia que se encontraba al otro lado de la laguna. Allí recibían cristiana sepultura. La razón para este comportamiento no ha sido aclarada del todo pero, todo apunta a que los suecos de aquella época estaban aterrorizados por los muertos. No muy lejos de la Mansión Wanbo, hoy un coqueto hotel, localizamos un sitio cargado de energías negativas conocido como “Mässtenen”. Allí fueron ejecutados oficialmente siete personas. Todas decapitadas. El último ajusticiado se llamaba Anders Andersson quien, aparentemente, asesinó con arsénico a sus vecinos. Cuentan la historia que es Andersson uno de los espectros más activos del lugar. Otro que suele aparecerse en la Mansión es un antiguo recaudador de impuestos llamado Birgersson que desapareció sin dejar rastro a principios de 1300. Probablemente asesinado. Son múltiples los testigos que lo han visto deambulando por la Mansión que, además de su encanto, alberga una curiosa actividad; y es que si dices en el sótano “Birgesson toma mi mano”, los testigos siente un viento frío alrededor de sus cuerpos. Recientemente, el propietario de la Mansión, Kjell Anderstedt, contaba que en una reunión de negocios con un grupo de norteamericanos, una mujer le preguntó “is there any ghosts in here?” -si había fantasmas en el sótano donde estaban en esos momentos- la luz se fue durante unos diez segundos provocando el pánico en la comitiva que corrió en pos de la escalera. También sintieron un pavoroso terror cuatro jóvenes que vieron a un perro espectral de camino al baño a pesar de que ni la Mansión tiene, ni ha tenido can alguno. 

    En un edificio cercano erigido en 1725, y abierto al público en la década de los treinta, la habitación llamada “Snillepanget”, una turista sueca estaba escuchando música en su móvil cuando se percató que había una figura oscura en la esquina junto a la cama. Por un momento, pensó que se trataba de un reflejo de su celular pero, al fijarse bien, vio con sus propios ojos cómo se desvanecía en mitad de la noche. Fue tal el impacto que salió corriendo despavorida y, ni siquiera el señor Anderstedt pudo si quiera convencerla de que él no era un fantasma también. En cualquier caso, la casa, que una vez fue el lugar preferido de los actores y actrices suecos que buscaban inspiración, está impregnado de misterio y espera la visita de nuevos inquilinos. ¿Se atreven?

     Aquí les dejo el audio sobre la entrevista que me hicieron en Espacio en Blanco del gran Miguel Ángel Blanco de Radio Nacional de España: http://www.rtve.es/alacarta/audios/espacio-en-blanco/espacio-blanco-suecia-paranormal-23-10-16/3767760/

Sergio Calle Llorens

martes, 6 de junio de 2017

PÉREZ PALLARÉS

Rafael J. Pérez afirma en su columna del Diario Sur lo siguiente: “nadie debe insultar a nadie. Sea del arco que sea, sea de la ideología que sea, sea de la religión que sea. El respeto al prójimo y a las autoridades lo defiende la Constitución, la legislación actual y hasta la Biblia”.

El sacerdote también nos deja otra declaración de intenciones: “Con la llegada de las redes sociales pareció que todo el campo era orégano y con un ordenador o móvil en la mano se podía escribir lo que apeteciera. Manifestar la legítima diferencia de parecer es recomendable. Es más, necesario. Pero hay líneas rojas que no deben traspasarse nunca”.

El Cura deja una última perla para sus lectores que, tal vez sean una gran minoría, al recordarnos que a un vecino de Fuengirola la Fiscalía le pide dos años de cárcel por fomentar odio hacia los árabes con mensajes en los que insultaba y pedía su expulsión de España ; Ante este asunto, el cura escribía lo siguiente “A Dios gracias, la sensación de impunidad parece que desaparece. Ya nadie puede insultar en la red parapetándose en perfiles falsos o en su particular perfil. Difamar, vejar o atentar contra el honor no saldrá gratis a quien llevado por los motivos más peregrinos vomita en las redes sociales toda la mierda que lleva dentro”.

En una cosa sí estoy de acuerdo con el articulista, hay líneas  rojas que no deberían cruzarse nunca en el debate pero, en cualquier caso, la libertad de expresión no es un concepto abstracto, se puede o no se puede ejercer y no debería existir ningún límite al respecto. La libertad de expresión es lo que occidente es y representa. Y aunque a mí no me gusta lo que dicen algunos, hay silencios mucho más hirientes y dañinos que millones de insultos juntos ¿O no recuerda el sacerdote la ocultación de los abusos sexuales a niños por parte de miembros destacados de la iglesia católica? Por no hablar de la sonrisa cómplice el Papa Francisco cuando mira para otro lado con los crímenes de la dictadura cubana.

 Habría que recordarle a este Delegado Diocesano que, como nos dejó escrito Josep Pla, encontrar el adjetivo correcto para cada cosa es un asunto dificilísimo. Por eso, que  un niño violado por un cura de forma sistemática use calificativos duros para describir la inmensa maldad- por no hablar de la mierda que ese malnacido abusador lleva dentro- es de obligado cumplimiento literario. Tal vez Rafael Pérez Pallarés prefiera que llamemos “picarón” a un cura violador. Incluso, llegado el caso, estaría más de acuerdo con epítetos mucho más suaves a la hora de definir a un sindicalista gorrón que vive del sudor del de enfrente. No fuéramos a ofender al prójimo.  Además, quién decide lo que ofende o no: ¿el Papa Paco reunido con su Eminencia e inspirados por las enseñanzas de Torquemada? Acabemos.

En cuanto a su afirmación de que la sensación de impunidad parece que va desapareciendo, imagino que la escribe por desconocimiento. Y si no me cree, pude ir a los millones de mensajes que dejan los televidentes de la cadena Al- Jazeera cada vez que tiene lugar un ataque terrorista islámico en occidente - últimamente cada dos por tres-   en los que más de un 70% son de mofa y de regocijo. Claro, es mucho más fácil ir de moderno por la vida y machacar a un señor de Fuengirola por decir que el Islam es incompatible con la democracia occidental. Por cierto, lo que defiende la Constitución es la libertad de expresión y si  el cura busca discurso de odio, que se dé una vuelta por la cadena Córdoba TV financiada por Arabia Saudí.

Parece claro que el señor Pérez Pallarés piensa que nunca hay que ofender a nadie. Sin embargo, qué quieren que le diga, a mi este Sacerdote me hiere dirigiendo un programa en Canal Sur llamado “Palabra para la vida”, mientras mi padre murió ahogado en su propia sangre por culpa del SAS.  Ya ven, dinero para el espacio del cura y ni un céntimo para mi progenitor, ni para los millones de sureños que siguen en las listas de espera de Susana Díaz. Y aunque el comportamiento del religioso me ultraja y me envenena, él está en su derecho de seguir insultando y vejando a sus paisanos con su actitud en la cadena donde la disidencia contra los socialistas no se tolera.

Espero que Pérez Pallarés entienda que cuando tu vida es tu argumento, nadie podrá combatir contra eso. Y el argumento vital del Sacerdote es simplemente una capitulación en posición genuflexa hacia aquellos que odian occidente y un aplauso a los Fiscales- por cierto la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos establece que por encima de la libertad de expresión no hay nada- que odian la palabra libertad con mayúsculas. Por eso hay que decirle que llegará un momento, tal vez cuando esté al pie del altar y unos barbudos estén a punto de mandarlo a cenar con Jesucristo,  en el que tendrá que elegir entre luchar o rendirse.  

Que escoja Pérez Pallarés poner la otra mejilla mientras nosotros, una vez más, marchamos al matadero con el pecho hinchado de orgullo, como ya hicimos en la Playa de Omaha mientras elevamos al cielo una vieja plegaria:  “Padre ya sabes lo ocupado que estaré hoy en el Campo de Batalla. Si yo me olvido de ti, tú no te olvides de mí”.

“Sancho por la libertad se puede y se debe aventurar la vida”- Don Quijote.

Sergio Calle Llorens