Guardiola, que en catalán significa hucha, convenció al F. C. Barcelona en meter monedas en la
bolsa de un detective para que siguiera a Gerard
Piqué. No se fiaba de su vida disoluta. En una rueda de prensa celebrada en Inglaterra, contestó
sobre su jugador de una forma magistral: “He
is not right in the head”. Y, si nos atenemos a las últimas salidas de tono
del futbolista, el defensa no está centrado del todo. Sin embargo, no podemos
criticarle sólo porque no coincidamos con su ideario político.
Seamos claros; Piqué se ha partido la cara por
la selección española. No es una opinión. Es un hecho. Y cuando digo que se
la dejado partir, me refiero literalmente. Ni sus compañeros, ni siquiera sus
entrenadores, se han quejado nunca de su actitud a la hora de defender los colores de España aunque, es
evidente, no los siente. Otra cosa bien distinta, por supuesto, es que siendo
jugador de España, tome partidos por posiciones políticas que nada tienen que
ver con la elástica que defiende. Obviamente Piqué juega con trampas cuando
dice que él no está por la independencia, sino por la consulta. Algo que a
estas alturas no se cree nadie con dos dedos de frente. Además, el resto de
españoles tienen el mismo derecho, o más, a ser consultados por un asunto que
afectaría sus vidas, y no digamos sus bolsillos, de por vida. Lejos de esta
trampa ideológica, Del Bosque no
tiene ningún problema en alinear a jugadores que no se sientan españoles.
Pasaba en su época y seguirá pasando. Entiendo que no es lo ideal pero, es lo
que hay.
Ahora entremos en el asunto del incidente de tráfico, y de
lleno; vamos a ver, todo el mundo critica la actitud de Piqué, tan española por
otra parte, de usted no sabe quien soy yo. Sin embargo, no he escuchado a nadie
afearle a la patética Guardia Urbana de
Barcelona que no detuviera al personaje. Esos agentes callaron y agacharon
la cabeza al escuchar los improperios del jugador azulgrana. Estoy convencido
de que de haber sido un ciudadano normal, y no digamos un inmigrante, la
hubieran acometido a golpes con el desgraciado. Empero, como siempre digo, lo
relevante no es hallar las respuestas correctas, sino hacernos las preguntas
correctas. Y la que yo me hago es; ¿Por qué el personal se solivianta cuando Piqué o Aguirre tienen un encontronazo
con la policía? La respuesta es simple, porque la mayoría detesta al equipo
rival o a la representante máxima de la ideología contraria.
Ayer mismamente Antena
3 y otros medios nacionales se centraron en el altercado de Gerard. Ellos que, curiosamente, trataron diferente el tema cuando Cristiano Ronaldo tuvo un incidente similar. En aquella
ocasión, llegó a golpear la linterna de un policía tras saltarse un control y ni
siquiera llevaba los papeles del coche. Es obvio que la salida de tono del
marido de Shakira vino muy bien para
no hablar de los diez años de Messi
como blaugrana; el único jugador que ha sido capaz de marcar 50 goles en una
liga, 73 en una única temporada, 91 en un año y tener 4 balones de oro. Y todo
coronado con 3 Champions y 6 ligas de por medio. Por su parte, Doña Esperanza
batió a sus enemigos de una forma contundente elección tras elección con una solvencia tal que es
imposible que la perdonen nunca.
Con todo lo expuesto quiero resaltar que no es la acción lo
que molesta sino el grupo al que, desgraciadamente, la mayoría identifica con el otro lado de la trinchera. Alguien al que hay que eliminar
por todos los medios posibles. Seamos claros; la corrupción, los ERE, Bankia, Banca Catalana o faltarle el respeto a la autoridad
son punibles sin importar la camiseta o afiliación política. Si usted,
querido lector, es capaz de entender eso y actuar en consecuencia. El aire de España será mucho más respirable.
Sergio Calle Llorens
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