Tal vez conozcan ese dicho latino de “res severa verum gaudium",
que viene a ser como el verdadero placer es algo serio y, Andalucía seria, lo
que se dice seria, no lo ha sido nunca. Al menos desde el punto de vista
institucional. En un lustro, los socialistas llevarán gobernando 40 años, ni un
día más, ni un día menos que el General Franco. Cuatro largas décadas perdidas
en las que hemos recibido de Europa lluvias de millones en diferentes Plan
Marshalls. Un dinero que lejos de haber sido invertido correctamente, se lo han
llevado crudo los allegados al régimen andaluz. En otras palabras, el timo de
la estampita cometido por los descendientes de Rinconete y Cortadillo.
A esta orilla del mediterráneo, sabemos lo que significa
Andalucía con sus fraudes, sus engaños, sus promesas incumplidas. Una de ellas
era realizar el saneamiento integral de la Costa del Sol. Si sus señorías tienen tiempo y
paciencia, les recomiendo una visita a las hemerotecas andaluzas. Verán como
los de la secta del capullo se comprometían a hacerlo y, casi siempre,
en épocas de elecciones. Como las habitaciones de hospital para un enfermo o
los sueldos de las amas de casa. Ya saben, la hora de Málaga que, por lo visto,
sigue con mucho retraso.
A día de hoy, como Andalucía está en la quiebra más
absoluta, los diferentes consejeros tratan de poner nuevas excusas para no
cumplir con sus obligaciones presupuestarias. El de Medio Ambiente acaba de
asegurar que la competencia del saneamiento pertenece a los ayuntamientos. La
desfachatez es tan grande porque obvia un hecho fundamental; el gobierno de la República Bananera
de Andalucía cobra a todos los andaluces un canon finalista para la ejecución
de obras pendientes para lograr ese saneamiento integral que la UE exige tener concluido en
2015. Y esto viene ocurriendo desde 2011. Y si no era competencia de la Junta por qué lleva cobrando
por unas obras que ni se han iniciado, ni se iniciarán mientras ellos señoreen en
el Palacio de San Telmo. Es más, un año antes de empezar a cobrar el canon,
publicaron un decreto por el que se iban a invertir 1765 millones de euros en
54 municipios de la inútil taifa del sur. Blanco y en botella.
María Jesús Serrano, titular de la consejería de Medio
Ambiente, parece no tener muy claro cuales son las competencias de la autonomía,
demostrando una vez más que la mujer que vale en Andalucía se mete a empresaria
y, la que no, se hace socialista o sindicalista.
Como no podía ser de otra manera, los alcaldes de los
municipios de la Costa
del Sol pretenden presentar una Proposición No de Ley en la que exigen la
devolución a esos ayuntamientos de los 132,5 millones de euros que la Junta ha cobrado a través
del canon de saneamiento. Lo verdaderamente terrible es contemplar la desvergüenza
de estos socialistas que lejos de cumplir con lo que exige Bruselas, van a
seguir cobrando por una obra que no se ha hecho y que, finalmente, tras expirar el plazo sin haber cumplido, la UE
contempla sanciones cuantiosas.
No voy a esperar y, menos a estas alturas, algo de un
partido que prometió cien años de honradez pero que nunca dijo cuando empezaba.
Y mucho menos de la testaruda de Susana Díaz con sus pocas luces y su bellaquería.
Esta semana, incluso, se permitió el lujo de poner a parir al gobierno central
en Bruselas cuando ha sido éste el que ha sacado a Andalucía de la quiebra económica.
Tampoco se puede esperar demasiado de esos tavarichis que escriben en la prensa
malagueña a golpe de subvención. Lo cierto es que si alguno de sus mercedes cobrase a unos clientes cuantías millonarias por un producto que no existe,
estaría a día de hoy entre rejas.
Como no puedo aguantar más a que estos carcamales estiren la
pata para que las obras se ejecuten y, por fin veamos la libertad, intentaré
convencerles de la bondad que supondría la terapia de matar a Andalucía políticamente
y, que cada provincia sureña se gobierne a través de sus diputaciones. En definitiva
más España, más Málaga, más Granada, más Jaén, más Almería y, por supuesto, menos Andalucía. Si
no lo logro, terminaremos como aquel anciano que fue a la cárcel de visita conyugal y el guardia le preguntó; “¿con quién?”-“con quien sea”. Pues
eso, que nosotros nos iremos con quien sea con tal de no yacer más con la madrastra andaluza.
Sergio Calle Llorens
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