Elena Valenciano no es una completa inútil, al menos sirve
para dar mal ejemplo. Ahora vuelve a demostrarlo acusando a la juez Alaya de
hacer coincidir sus autos judiciales sobre el caso de los ERE con actos
relevantes del PSOE en Andalucía. ¡Vaya usted a saber que entienda la Vicesecretaria general
de los socialistas por relevantes! El problema es que al final el asunto no era
un caso de dos o tres chorizos, sino de grandes personalidades de la secta del
capullo. Ahora es Magdalena Álvarez la imputada y, el propio Griñán ve
acercarse una X gigantesca. Crecen los nervios como aumentan las posibilidades
de que el mayor caso de corrupción en la historia de España les lleve a su
desaparición. Los socialistas están viendo como la investigación está llegando
a otras consejerías de la mano firme de una juez que debería tener ya una
estatua en cada pueblo de Andalucía.
Lo que los socialistas deberían preguntarse es como alguien
con menos talento que un saltamontes campestre haya llegado a ser ministra del
Reino de España. Cómo han podido encumbrar a esta pandilla de patanes. También
estaría bien que compararan esas afirmaciones de respeto absoluto a las
decisiones judiciales cuando la cosa no les afecta, con las acusaciones veladas
con el apoyo de sus medios cuando son ellos los acusados. O se cree en la justicia o no se cree. En
realidad, siempre han actuado así; recordemos como han apoyado causas a favor
de los derechos humanos para terminar creando los GAL, o defender la democracia
sólo cuando ganan- recordemos su pacto con el dictador Primo de Rivera- En
definitiva, tienen históricamente dos varas de medir y un morro que se lo
pisan. Aquí no hay una causa general contra el PSOE, sino muchas causas para
meterles definitivamente en la cárcel. Alaya mueve sus fichas como una experta
jugadora de ajedrez. Se va comiendo fichas y ellos, afortunadamente, no tienen
ni posibilidad de enroque.
No es ningún secreto que Andalucía, con sus socialistas a la
cabeza, está alejada de una auténtica actividad científica. Está encerrada en
su dogmatismo de izquierdas que tiene al latrocinio institucionalizado a su
primer mandamiento. Esto es lo que pasa cuando se gobierna interrumpidamente
tantas décadas que al final, obviamente, se piensa que la casa es un cortijo y
que ellos son sus únicos propietarios. Se creían por encima de cualquier ley. Y
ahora, por supuesto, lo van a pagar caro. Ya van 120 imputados, algunos ya en
prisión, y todos socialistas o sindicalistas. Queda saber que ocurrirá cuando la Guardia Civil termine sus
investigaciones en otros entes de la
Junta como la Agencia
Idea. La cosa no va a terminar aquí y eso, como saben, es un
alivio para todos los que llevamos años denunciando la corrupción en Andalucía.
Una especie de premio de consolación.
Sergio Calle Llorens
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