Cuenta la leyenda que en aquellas tierras la familia de los
Guerra tenía una casa. Allí en la caída norte del Torrecilla, el patriarca de
la familia había erigido su cortijo. La vida transcurría feliz para los suyos.
Cuando no estaban cultivando la tierra, estaban disfrutando de las
espectaculares vistas que la sierra les regalaba cada día. Hasta que un día, un
duende burlón llegó a instalarse en la vivienda. Éste empezó a tirar los platos
al suelo, hacía ruido de noche, y soltaba al ganado. Un día estaba tan
aterrorizada la familia, que en medio de la noche tuvieron que abandonar la
casa para escapar a su casa de Tolox. Cuando se hallaban en medio del camino,
la señora se dio cuenta de que le faltaba su mejor sartén, entonces el marido
volvió sobre sus pasos para recuperarla. Buscó la sartén por todas partes, pero
sin éxito. Entonces cuando se adentraba en el bosque oyó una voz que le decía:
“ La sartén la llevo yo”.
No sabemos que aconteció al duende de los Guerra, pero la
historia cuenta que la familia nunca más volvió al cortijo. Hoy día, el cortijo
puede visitarse en las cercanías de las Cuevas del Moro. Hay algunos frutales y
un agua cristalina y fresca que, afirman, hace más sabio a aquellos que la prueban
Otra leyenda muy popular, es la de la Caína. Dicen que era una mujer
tan malvada que sus vecinos la bautizaron con ese apelativo. Sin embargo, la
historia de esta mujer ajusticiada por la Inquisición en Málaga,
no merecía tal apelativo. Simplemente era una señora adelantada a su tiempo que
mostraba cierta querencia a los hombres casados. Algo que le costaría caro a la
pobre y ardiente mujer.
También hay lugar para las leyendas con personajes
históricos en la sierra. Dicen las crónicas que Pompeyo tras perder la batalla
refugio en una cueva cercana al Cortijo de la Sardina Baja. Al verse
acorralado, escondió un gran tesoro cuyo peso llegaba a los 200 kilos. Desde
entonces lugareños y forasteros han tratado, en vano, de hacerse con el tesoro
de tan ilustre personaje.
Batallas Fantasmales
Silencio Total
En pleno corazón del parque natural, nos topamos con una
zona misteriosa conocida como el silencio total. Se encuentra entre el Peñón de
Ronda y la Cañada
de las Ánimas. En ese lugar, podemos dar fe que cuando vas caminando el trinar
de las aves y hasta el murmullo del viento que, suele jugar con la hojarasca,
se detienen. Es un silencio extraño, amodorrado e inquietante. Por momentos
pareciera que unos grandes ojos negros se clavan en los visitantes. Sin embargo,
otros encuentran en ese “silencio total” una dulce sensación de paz.
Otro asunto sorprendente es el Doble Sol. Un fenómeno que
tiene lugar en los calurosos días de primavera cuando el astro rey aparece
duplicado allá en el cielo.
Los Pinsapos
En el mediterráneo viven nueve especies de abetos que son el
residuo de los extensos bosques de confieras que existieron en esta zona antes
de la retirarse los hielos en el cuaternario. Nuestros pinsapos sólo se
encuentran en tres zonas boscosas como; Sierra Bermeja entre Estepona y
Genalguacil, en Grazalema y en nuestra Sierra de las Nieves. Su sola existencia
merece una visita por su belleza extraordinaria. En el Pinsapar de las ánimas y
en el de la Caridad ,
también se han producido fenómenos extraños. Al parecer, en el Cortijo de
Majada Vieja, un pastor asistía a la aparición de una sombra de mujer reflejada
en las blancas rocas calizas, mientras vigilaba el ganado. La sombra suele
aparecer durante las noches de luna llena.
Los Encuerichi
Una mujer llamada Micaela se las ingenió a finales del siglo
XIX para convencer a algunos lugareños de que el fin del mundo se aproximaba.
Al año siguiente, se dirige a un cortijo de su propiedad en la zona de la Vega del Horno, entre el
arroyo de Juncalero y río verde. Hacen una gran hoguera con sus ropas. Bailas
desnudos alrededor del fuego purificador. Encuerichi, como dicen por la zona,
van danzando durante la madrugada, esperando, dicen, la llegada del fin del
mundo. Atraídos por la hoguera, varios jóvenes del pueblo se acercan y,
finalmente, se unen a la danza. Micaela incluso llega a casar a una de las
presentes. En un momento dado, la extraña mujer pide que empiecen a desollarse
vivos, y éstos, obedecen. El asunto terminó en un juicio celebrado en Málaga
con una sentencia bastante laxa; varios meses de arresto.
Desde entonces, los lugareños han sido reacios a tratar el
tema. Sin embargo, en pleno siglo XXI,
las danzas nocturnas alrededor de un fuego siguen teniendo lugar cuando
la oscuridad reina en el corazón del bosque.
La muerte del bandolero más famoso de la época tuvo lugar el
18 de febrero de 1934 tras ser abatatado por la Guardia Civil en la Cueva del Palmito. Sin
embargo, para muchos, la muerte del
forajido estuvo siempre cubierta por la niebla del misterio. Una teoría muy
aceptada afirma que fue asesinado a sangre fría
por unos cazadores furtivos que le destrozaron la cabeza con una piedra.
Posteriormente, la
Benemérita habría realizado un simulacro de tiroteo. De esta
forma, los agentes se apuntaron el tanto de su muerte y los cazadores
furtivos habrían obtenido la protección
de los civiles
En el museo de los bandoleros encontramos un edificio
coqueto donde encontramos profusa documentación de la historia y leyenda de
estos asaltadores de caminos que tanto han cautivado la imaginación de varias generaciones. El museo dispone de
una taberna de la época.
Pero ya sea en sus montañas, en sus bosques de alcornocales,
pinsapos o quejigos, la Sierra
de las Nieves es un lugar propenso a los
encuentros sobrenaturales. Y si no se producen, el visitante siempre puede
admirar sus cumbres blancas, sus bosques verdes y el azul de un mediterráneo
infinito que, mientras más se mira, más difícil es comprender su enigma.
Sergio Calle Llorens
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