Para ser feliz, animalescamente feliz, hacen falta dos
cosas; buena salud y mala memoria. Sobre todo si uno tiene la desgracia de
vivir a la orilla del mediterráneo que desgobierna Andalucía. En estas tierras
soleadas, recordar la lista de agravios de la Junta es sencillamente doloroso. Desde que
Disneyland intentó establecerse en la
Costa del Sol, el gobierno regional ha jugado siempre la
misma carta; tratar de que los proyectos cuajasen sólo en la Andalucía occidental. Por
ello, para una mayoría silenciosa, Andalucía es un resultado negativo
acumulativo de impertinentes robos. Demasiados dolores de cabeza promovidos por
la endogamia socialista de un régimen decrépito. Demasiados sueños incumplidos porque, finalmente, triunfa la tesis de que jamás dejarán de robarnos.
Me asaetan los recuerdos de la Cuenca Mediterránea
que se llevaron a Sevilla, del macrohospital, o del tren litoral. Aquí los
proyectos parecen ser nieve de mayo, esa que nunca cuaja en nuestras montañas. Ahora
le toca el turno a la Universidad Europea
que ha visto en la ciudad de Málaga una posibilidad única para crecer. Sus
responsables llevan tres años madurando un proyecto que, como siempre, no
cuenta con el beneplácito andaluz. Lejos de desanimarse, los de la
universidad están tras un edificio para alquilar y echar a andar, y dejar para
más adelante la construcción de un campus de unos 16.000 metros
cuadrados . Por ello, han puesto sus ojos en la zona
oeste de la capital junto al mejor centro acuático de Europa, el estadio de
atletismo y el Martín Carpena. Una zona que pronto estará conectada por metro.
La universidad traería a muchos estudiantes extranjeros a Málaga
que se unirían al crisol que somos en estas tierras. Traería trabajo y muy
buenas oportunidades. El Alcalde de Málaga ha tratado en vano de hacer cambiar
de idea a José Antonio Griñán- el de los ERE- , pero éste, lejos de
ablandarse, sigue afirmando que la Universidad Europea
no tiene cabida en Málaga. Dejen que reproduzca sus palabras: “ Las condiciones
para aceptar la
Universidad son las siguientes: que aporten un valor añadido,
que supongan un proyecto académico integral, tanto a nivel formativo como de
investigación, y que tengan un carácter internacional”. Huelga decir que el carácter
internacional lo tiene y, de sobra, miren a la Universidad Europea
de Madrid. Como la Junta no puede usar esta memez como caballo de
batalla para descartar el proyecto, señalan la importancia de la investigación
con la esperanza de que esta gente se aburra y se marche. La
verdad es que escuchar la expresión de “valor añadido” de la boca pintada del
presidente Griñán, no deja de ser un chiste de mal gusto, pero lo de invocar a
la investigación después de comprobar el lamentable estado en el que se
encuentra, sonrojaría hasta el socialista más fanático. Apelar a la investigación
como premisa fundamental es una completa tontería, o alguien puede decir que la UMA o la universidad de Almería
tenían potencia investigadora. Es más, ahora tampoco la tienen porque
sencillamente los investigadores sufren los recortes del bipartito andaluz-
PSOE-IU-. Consecuencia de tener que mantener una corte endogámica a la manera
de las del siglo XVIII.
La excusa de la
Junta es un puente, un enganche que ordene de tal forma las
piezas del mecano que, por fuerza, tenga que salir la figura que quieren que
salga; un nuevo corte de mangas a los malagueños. Una vez más los socialistas
demuestran un romo instinto político para volver a conectar con una provincia
que, salvo excepciones, los desprecia. Nuestra respuesta será siempre aplicar
aquella máxima para ser felices: Cada día, no olvidamos tener sexo, tomar
cerveza fría y cagarnos en los muertos de la Junta de Andalucía. Hasta el día, claro está, en
que para cambiar de sitio una maceta no tengamos que pedir permiso a la secta
del capullo.
Sergio Calle Llorens
La Universidad Europea es la segunda en poco tiempo. La anterior canallada para Málaga ha sido colocar palos en las ruedas de la UCAM, la Universidad Católica de Murcia que es una universidad con más de cinco mil estudiantes y de la que toda Murcia está orgullosa. He estado allí dos veces en un mes y puedo atestiguarlo. Hay malagueños que han estudiado allí y pueden dar testimonio. No sé si la UCAM ha salido corriendo o sigue queriendo abrir puertas en Málaga. De cualquier forma estos gangsters del puño y la rosa seguirán conspirando contra esta Málaga donde sólo les votan los gatos, algunos, y María Gámez, faro y luz del pensamiento occidental contemporáneo. Menuda banda de facinerosos.
ResponderEliminarDe Gámez no queda nada por añadir; tal vez la única cosa sea que ella echa basura a los malagueños porque así Se siente como en casa. En lo referente a la. Universidad de Murcia, ya dejé escrito que las palabras privado y católico producen alergia entre la izquierda. Respetable, por supuesto, pero es increíble que la gran mayoría de cargos socialistas manden a sus hijos a Universidades privadas, véase Manolito Cháves. Lo que hay es mucha desvergüenza y, claro está, un deseo de machacar a Málaga. Saludos
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