DESMONTANDO A DANIEL ESTULIN

Todavía resuenan los ecos de la entrevista realizada por Susana Griso a Daniel Estulin en Antena 3 televisión, donde el rey de las ideas conspiranoides, hizo literalmente el ridículo. Ocurrió el 25 de mayo pasado, cuando el ex agente del KGB aparcó su Club Bildeberg, para promocionar su nuevo libro sobre Wikileaks. El ruso dejó claro su odio hacia Rockefeller y no paraba de gritar, como Umbral en su día, sobre su maldito libro. Aquel ridículo televisivo provocó miles de carcajadas de las mentes más lúcidas de este país, hiriendo el orgullo de Daniel. Pero lejos de asustarse, el espía vuelve a la carga con un nuevo programa en un canal ruso en español para el mercado hispanoamericano. Algo, que como les comentaré más adelante, tiene su gracia.

Desmontar al ruso no es tarea fácil, pero tampoco crean que es excesivamente difícil. En cualquier caso, lo que aquí les dejo escrito es fruto de una investigación sobre uno de los autores que más vende en nuestro país. Lo primero que llama la atención es el éxito de sus publicaciones. Y es que existe un caldo de cultivo , no sólo en España, abonado a la visión conspirativa de las cosas. La gente tiene una querencia especial a la ocultación, manipulación y conspiración, sobre todo si viene de gobiernos odiados por una gran mayoría como ocurre, desgraciadamente, con los Estados Unidos de América. Así que ese cultivo suele dar una gran cosecha para todos aquellos que están predispuestos a creerse cualquier patraña. La mayoría de ellos suele sufrir lo que algunos llaman “Síndrome Asterix”, dolencia psíquica que viene a decir, resistir a toda cosa al invasor, ese que pretende usar la racionalidad para explicar los arcanos del mundo. Y con estas líneas, no estoy diciendo que todo pueda ser explicado por la ciencia, y que no existan las conspiraciones, pues claro que existen. Sin embargo, el 90% de lo que afirma Estulin, es falso o son medias verdades. Luego me referiré a cada una de ellas.

El segundo aspecto sorprendente sobre este oscuro personaje es el hecho de que nadie haya reparado en que además de publicar patrañas, todavía ejerce de espía para un servicio de inteligencia extranjero. Un aspecto que ni siquiera Estulin ha podido desmentir con éxito.

Siguiendo con las cosas sorprendentes, que no extraordinarias, he de añadir su éxito en un país como España al que el ruso desprecia con todas su alma. No hay ocasión en la que mencione que el estado más antiguo de Europa no tiene ninguna relevancia en el mundo actual. Incluso ha llegado a negar la importancia de una lengua que hablan 500 millones de personas en todo el planeta, amenazando en su página web con publicar muchas más cosas en inglés, francés o italiano. Su última frase al respecto fue “No quiero más borregos aquí”. Eso sí, no ha dejado de publicar artículos en perfecto español, casi al mismo ritmo que ingiere grandes cantidades de vino patrio.

En resumen , Estulin sigue trabajando como espía, es muy anti-español y publica medias verdades ante el entusiasmo de unos seguidores a los que desprecia con todas sus fuerzas. Si no lo sabían ,ya era hora de que alguien les sacara del engaño. También he de destacar, por si jamás leyeron sus libros, que el primo de Rasputin es, siguiendo con la tradición rusa, profundamente antisemita. Y, como no podía ser de otra manera, defiende borrar a Israel del mapa. Algo que también aboga en el caso de Suiza. Pero no acaban aquí las sorpresas, Daniel Estulin es un gran defensor de la libre tenencia y uso de las armas, y acusa al director de cine Michael Moore de ser un payaso, como no podía ser de otra manera en alguien que es miembro del club del rifle.

Si analizamos su obra en su conjunto, las sorpresas continúan apareciendo. Eso sí, deberán armarse de paciencia porque, para decirlo de forma educada, Estulin no es que maree la perdiz, es que la aburre hasta la defunción. Vayamos pues a las sorpresas divertidas de su “Historia del Club Bildeberg”, y es que , al parecer, dentro de unos años a todos los ciudadanos nos implantarán unos chips como los humanos hacemos con los perritos domésticos. Daniel Estulin afirma que todo es culpa de los Rockefeller- hasta la revolución rusa- y que pronto sufriremos las consecuencias de tener un gobierno mundial en la sombra. Esa es la oscura motivación que mueve a los miembros del Club Bildeberg, y nadie podrá pararlos. Tan sólo nos quedaría la valentía de Estulin para enfrentarse a los malos. Empero el club al que tanto tiempo ha dedicado el espía, sólo busca poder y hacer más dinero. Se reviste o se disfraza de miles de formas, pero su único objetivo es tener más influencia con la que acceder a los verdes. Estaríamos ante un club que funciona de forma similar a la masonería cuyo fin es, y seguirá siendo, construir un estado dentro del estado. Denunciar esto o hablar del supuesto peligro del club Bildeberg, no supone amenaza alguna para nadie. Así que el relato de Estulin en la que estuvo a punto de perder la vida al meter el pie en el hueco vació de un ascensor, no deja de ser un recurso literario que, de haber ocurrido, no sería más que el resultado de la casualidad, y no el resultado de una operación secreta montada por la CIA para asesinarle. En otras palabras, Daniel Estulin es un farsante al que nadie molestará jamás porque, insisto, no representa peligro alguno. 

De cualquier forma, si podemos afirmar que las técnicas del ruso entran dentro de las prácticas de desinformación más comunes que organizan los servicios secretos de países siniestros como la Rusia de Putin. La misma que es propietaria de RT, también conocida como Russia today, una cadena fundada por fondos del gobierno ruso en 2005. La prestigiosa revista The Economist calificó a este canal como “weirdly constructed propangada”, y un refugio para todo tipo de teorías conspiracionistas. A lo que habría que añadir que el canal ruso es unan plataforma de propaganda de la Rusia blanca y ultra nacionalista a la que le interesa dar una visión distorsionada de la realidad occidental y de la propia Rusia. Obviamente, Daniel Estulin presentaba el pasado 27 de agosto, en su blog, su programa en el canal como la oportunidad de contar las cosas que ningún otro medio de comunicación de masas le habría permitido contar. Y es que nadie está tan rematadamente mal de la cabeza, como para incluir contenidos delirantes de este calibre.

Para entender a Estulin y lo que está detrás de sus afirmaciones, tenemos que volver nuestros ojos a una entrevista realizada en Estados Unidos al editor de MosNews.com que afirmó que la creación de Russia Today no obedece a ninguna demanda en la sociedad. Der Spiegel criticó la campaña que montó el canal en el que ahora trabaja Estulin, para dar una imagen edulcorada de Joseph Stalin, uno de los mayores criminales de la historia. Pero, no crean en absoluto, que la baja popularidad que tiene Russia Today, es cosa del color político de los editorialistas de turno. The Guardian por ejemplo,  un periódico que suelen leer ciudadanos de la izquierda moderada en el Reino Unido, publicó un trabajo firmado por Luke Harding en el que advierte de la campaña del canal ruso como un ambicioso intento de difundir una mala imagen del Reino Unido, al mismo tiempo que proyecta una idealizada Rusia postsoviética que conecta, sospechosamente, con la idea que tiene el propio Vladimir Putin del mundo.

Si usted analiza correctamente toda la información que le he proporcionado, entenderá que el propio Daniel Estulin afirme cosas como que los Estados Unidos están en Afganistán para asegurase que las drogas llega a Washington, o que Bin Laden murió en un bombardeo en 2001, y no fue nunca capturado. Esta es muy buena, porque el ruso hizo, de nuevo, el ridículo al publicar un par de años antes de que el terrorista más buscado fuese abatido en la operación Gerónimo. Ahora, el agente ruso, vuelve a la carga con un libro recientemente publicado que afirma que Wikileaks fue montada por la CIA para cerrar el acceso libre a internet. Algo más propio de la Unión Soviética o de la Rusia de su empleador Putin que de la América de Obama. Todo es fruto, ya les digo, de una campaña orquestada desde la Rusia que encarcela a cantantes hostiles al todopoderoso Putin. El hombre que siempre quiso ser como Pedro el Grande de Rusia y del que la historia nos cuenta su visita a Federico IV de Dinamarca para proponerle una alianza destinada a atacar el reino de Suecia. En Copenhague, Pedro visitó la torre redonda acompañado de su anfitrión y, cuando contemplaban las espléndidas vistas de la isla de Sealand, el ruso preguntó al danés: “ ¿quieres ver como me obedecen mis súbditos?”. Sin esperar respuesta, mando a uno de sus cosacos que se arrojara desde aquella altura. El cosaco obedeció. “¿Tenéis en vuestro reino súbditos como éstos?”. “ Afortunadamente no”, respondió el danés. Desgraciadamente para Rusia, todavía tienen a súbditos como Estulin dispuestos a emular a aquel cosaco que se arrojó por la ventana para servir las oscuras intenciones de su amo. Esperemos que por mucho que nos gusten las ideas conspirativas, no les hagamos ningún tipo de caso, sobre todo a las del agente ruso. De igual forma que nos gusta el jamón pero no nos tratamos con los cerdos. Nunca mejor dicho, por cierto.

Sergio Calle Llorens