Desde hace años defiendo la idea de que en España la mujer que vale se mete a empresaria y la que no se saca el carnet del PSOE o se hace sindicalista. Aunque también es cierto que los otros partidos también tienen su cuota de atocinadas. Eso explicaría que indigentes intelectuales como Leyre Pajín, Carmen Calvo- que no tenía un pelo de lista- o la mismísima Bibiana Aído lleguen a ser ministras. Imagino que en la izquierda española contar con semejantes personajes se debe al hecho de que son una agencia de colocación de petardas que fuera del paraguas del partido, no llegarían ni a jefas de negociado en una empresa. Señoras, todas ellas, apegadas a ideas crepusculares que ya son parte de la historia de los horrores del siglo XX. Dicho lo cual, no me extraña nada ver a Carme Chacón haciendo pucheros: “ Mama que no me dejan jugar en las primarias”. Tampoco me sorprende el continuo ridículo en exteriores de Trinidad Jiménez. Ni mucho menos observar la tibia reacción de la chocarrera Rosa Aguilar en la crisis de los pepinos. La culpa, queridos amigos, debe ser compartida con aquel leonés que afirmó que el mundo era del viento. El mismo que empujará su nombre al ático de nuestra memoria donde guardamos los malos recuerdos.
Sin embargo, hay dos mujeres en el gobierno a las que admiro profundamente: González Sinde y Cristina Garmendia. Féminas inteligentes, extremadamente preparadas cuyos logros en sus ministerios son ciertamente elocuentes. Especialmente relevante es el caso de la ministra de Ciencias. Ayer mismo los españoles desayunábamos con la noticia de que científicos de este país han descubierto los cuatro genes de la leucemia. Algo que también ha sido posible por el apoyo de esta gran ministra. El hallazgo ha sido publicado en la revista Nature. Hablamos de un descubrimiento que abre la puerta a nuevos tratamientos que salven millones de vida en el futuro. En mi opinión, la noticia nos debe servir a todos como un faro luminoso al que agarrarnos para que la nave España salga de esta terrible tempestad a la que llaman crisis. Quiero decir, que sólo si contamos con los mejores será posible evitar el naufragio de la nao. Así con ministras como Sinde o Garmendia es mucho más fácil luchar contra la tempestad de la incompetencia. Porque España debe luchar por ser la primera en todo. Para ello, hemos de dotarnos además de nuevo de un sistema basado en la meritocracia, en la excelencia y en el trabajo. Y solo cuando el sistema apoya la excelencia termina triunfando. Hay que contar con los mejores y alejarnos del intervencionismo económico que fomenta la pobreza y el fraude de las prestaciones sociales. Un camelo en toda regla, un fraude sin paliativos que tenemos que acotar. Porque sencillamente es imposible tener un futuro brillante con un pasado tan negro. Garmendia y Sinde, a pesar de pertenecer al gobierno más lerdo de la historia, constituyen estrellas luminosas en el oscuro firmamento socialista. Sigámoslas.
Sergio Calle Llorens
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