En el día en el que visita España el Jeque de Catar con su mujer, que está para catarla, me llega una carta que dirige un finés al director de Financial Times. La misma ha sido reproducida por el articulista malagueño Teodoro Leon Gross: “En tanto los finlandeses pagamos diligentemente impuestos, puesto que la honestidad es considerada un pilar de la sociedad, resulta difícil ver cómo los euros de mis impuestos se gastan en apoyar a países mentirosos con sus economías en los que la trampa fiscal es un hobby nacional”. Añade Gross, que “Andalucía ha recibido setenta mil millones de fondos europeos, casi doce billones de pesetas, una larga cifra de doce ceros que da la medida de esa decepción. Por eso, hoy voy a ofrecerles una comparativa de Finlandia versus Andalucía.
Finlandia tiene el mejor sistema educativo del mundo. Andalucía no tiene ni sistema que merezca esa denominación. A lo sumo, un minúsculo grupo de valientes profesores que lucha por elevar el nivel cultural de sus estudiantes a pesar de la chalaura mental de los dirigentes políticos de la Junta. Por lo tanto, se puede decir que Andalucía es muy inculta y Finlandia todo lo contrario. El país del norte tiene una de los índices de lectura más altos de Europa, y Andalucía está a la altura de Burundi. Aquí, los best seller son el Marca y el catálogo de Ikea. El finlandés suele ser tan previsor que no extraña que tengan gemelos para tener hijos de repuesto. El finés confía en la administración, el andaluz desconfía de ella. En Finlandia suben los radicales de derecha- Auténticos Finlandeses- y en Andalucía, los gobernantes son radicalmente idiotas. La espiral nacionalista y xenófoba finlandesa hay que explicarla teniendo en mente el hartazgo de pagar impuestos para unas regiones indolentes como Andalucía. Los finlandeses no entienden que después de una década siendo solidarios con sus vecinos del sur, su dinero, como el de todos los europeos del norte, haya ido a parar a los dirigentes políticos, a sus familiares y a las campañas publicitarias estilo Andalucía Imparable, Andalucía al Máximo o Andalucía 10. En otras palabras, están hasta los cojones de todos nosotros. Timo Solini de Auténticos Finlandeses lo explica así: “Es inconcebible que los bienes logrados aquí bajo la estrella del norte, se regale en el sur a gente ociosa bajo los olivos”. Imagino que el comentario habrá sentado muy mal a las regiones italianas y españolas del sur. Pero no es momento de rasgarse las vestiduras y darse golpes de pecho, sino de héroes. Gente que esté dispuesta a salir a competir con los finlandeses y hundirles en la miseria. Sí, ellos de la nada han creado una sociedad del conocimiento basada en el esfuerzo y la excelencia. Pero nosotros también podemos llegar a su altura y superarlos. Para lograrlo hay que empezar por darle una patada en el culo al PSOE andaluz por sus treinta años de latrocinio institucionalizado y de corrupción. Después, una vez allanado el camino y colocado a los mejores en sus puestos, nuestra nave podrá ir al encuentro de Finlandia. Les aseguro, y lo escribo con conocimiento de causa, que es más que probable que los pillemos por sorpresa, borrachos o a punto de suicidarse. Chaves el disléxico quiso hacer de Andalucía otra Finlandia, cuando lo ideal sería mandar a la secta del PSOE andaluz a Finlandia y dejar a la gente capacitada para gobernar la nave. Necesitamos héroes dispuestos a marcar diferencias. ¡A por ellos!
Sergio Calle Llorens
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