Lo mejor de Eurovisión
2024 es que ya ha terminado. Y es que la mayoría de temas presentados
parecían publicidad de las saunas del suegro de Pedro Sánchez. La
segunda noticia positiva que nos deja el festival es la detención de Greta
Thunberg. Esa niña tan extraña que no necesita ir a la escuela porque ella
es experta en la foca capuchina o en geoestrategia mundial. Lo sabe todo y es infalible. Sin embargo, he de recordar que manifestarse con banderas palestinas en un
festival de música después de que Hamas violase y masacrase a cientos de
jóvenes que bailaban por la paz, perdonen ustedes, es de tarados mentales. Otros
que tienen una tara importante son los que apuestan por temas reivindicativos en el festival.
Es una especie de trastorno compulsivo que lleva a elegir canciones infumables interpretados
por cantantes sin voz. ¿Qué será lo próximo? ¿Apostar por Leticia Sabater?
Es evidente
que en época del reggaetón la gente no tiene derecho a votar nada. No
sólo porque la democracia es un abuso exagerado de la estadística, sino porque abres
el teléfono del voto popular y la gente elige a Falete y María del Monte
como mejores artistas del siglo XXI.
En términos
futbolísticos España juega en segunda división de Eurovisión y no está a la
altura de países como Suecia en cuyas casas se esconden varios candidatos a vencer
en el certamen cada año. Y así no hay manera. Además, las opciones de ganar
se reducen mucho con temas como el último de Zorra cuya etimología
sorprendería a más de uno. Y es que en general los nombres españoles de los
animales que han vivido desde tiempos inmemoriales en Europa provienen
de palabras latinas correspondientes. Es el caso de las serpientes, caballos,
burros, cabras y ovejas. No pasa igual con zorra al no poseer una denominación
derivada de vulpes, que era la palabra latina con que se distingue a
este simpático animalito. Y de hecho tampoco se usa en catalán (guineu),
gallego (raposo) o francés (rénard). La explicación es muy simple;
el pueblo tenía miedo de llamar a los animales salvajes y destructivos por sus
nombres reales y los sustituían por otros que existían, incluyendo el zorro.
Después de
todo esto, cabe preguntarse a qué conclusión llegamos; pues que Eurovisión
se ha convertido en un homenaje al mal gusto y que canciones como Zorra
podrían ser vetadas por aquello de que la tortura está prohibida por la Convención
de Ginebra. Y hablando de ginebra, hay que estar muy mamado para tratar de
convencer al personal de que quedar en el puesto 22 de 25 países es un éxito rotundo
para España, pero ahí tienen a la prensa patria esta mañana dándolo todo
por Nebulosa. ¡Patanes con pluma! ¡Los
reyes del wokismo!
Sergio Calle Llorens
No hay comentarios:
Publicar un comentario