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martes, 5 de octubre de 2021

¡LA COTORRA ARGENTINA!

 


Juan Pablo II pedía a los jóvenes no tener miedo. Borgoglio, en cambio, produce un inmenso pánico. Wojtyla era la cara del bien y Francisco encarna como nadie el rostro del mal. El polaco era una paloma blanca. El argentino es un cuervo negro. El primero era muy amigo de España. El segundo le tiene una ojeriza contumaz a nuestro país.  Sin embargo, hay un grupo considerable de personas, generalmente de poca solidez de entendederas, que apoya cualquier majadería que salga de la boca del actual jefe de la iglesia católica. La penúltima es pedir perdón a México por la conquista. El "Santo Padre" podía haberse acordado del exterminio de los pueblos nativos en Norteamérica o en Australia. También podría haberse disculpado por el genocidio perpetrado por Argentina- cinco minutos después de independizarse de la madre patria- en la sanguinaria campaña del desierto comandada por Julio Argentino Roca cuya imagen, por cierto, sigue apareciendo en los billetes de cien pesos. Pero no, el Papa Paco tuvo que escribir una extraña carta en la que culpaba de todo a los españoles.

En verdad, me fascina que el personal siempre se decante por el  tipo más malo. En el Vaticano, nombre que deriva de una planta alucinógena que se encontraba en las montañas de Roma, ya se están arrepintiendo de su elección. Porque el Papa, aunque tiene un arie distinguido, se les ha ido cretinizando con su peronismo barato, fábrica de todas las desgracias, y su querencia por todos los tiranos como los hermanos Castro, Maduro y los hideputas de los mexicas. A estos últimos los venció Cortés con la ayuda de los indios subyugados por Moctezuma.

Curiosamente Borgoglio habla mucho sobre los derechos de la mujer, pero se niega a ordenar a ninguna al sacerdocio. Paquito también habla de la pedofilia. Sin embargo, si usted lee “Lujuria” de Emilio Fitipaldi- buen periodista italiano- comprenderá que el argentino ha hecho muy poco contra los abusos sexuales cometidos por su gente.  Francisco habla y habla, pero no dice nada que valga la pena. A lo sumo encuentra las palabras justas para quedar bien con la audiencia: “Chi sono io per giudicare a un gay”. Ovviamente nessuno.

El Papa Paco sólo tiene palabras hirientes contra la vieja piel de toro. Incluso cuando viene de visita, cosa rara porque nos odia con toda su alma, dice ir a Santiago de Compostela, pero no a España. Y cuando daba ánimos a las víctimas del volcán de la Palma, mencionó a las Islas Canarias, pero obvió el nombre del país al que pertenecen. Ese que realizó la primera campaña de vacunación de la historia- la expedición Balmis de 1803- llevando la vacuna de la viruela a América y a Asia. La misma nación que construyó treinta universidades y diecisiete colegios mayores, además de incontables escuelas en el nuevo mundo. La primera universidad fue fundada en 1538 en Santo Domingo. De hecho, Portugal no creó ninguna universidad en su época colonial y los holandeses crearon una ya entrado el siglo XX. Así que son otros los que deben pedir disculpas. Entre ellos la cotorra argentina por estar siempre del lado equivocado de la historia. Tal vez así, cuando haya que escribir su epitafio, los españoles, a los que nos enseñaron a hablar bien de los muertos, podamos decir aquello de: ¡Borgoglio ha muerto! ¡Bien!

Sergio Calle Llorens

 

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