La Princesa
de Asturias se nos
ha ido a un castillo de Gales para cursar estudios y el fantasma
de Pablo Iglesias se marcha a Barcelona junto a Carmen Calvo.
Las puertas giratorias de los ex
mandatarios políticos de izquierda se explican por los millones que regalaron a
la Cadena Ser, pero el futuro de España gira en torno a Leonor.
La casa
real cuelga las
fotos de la salida de la heredera de la corona y unos disidentes cuelgan una pancarta
en Málaga contra Alberto
Garzón en protesta por la subida de la luz. La Ciudad del Paraíso siempre posa guapa como la novia de la libertad.
Leonor ya está cursando estudios en el sur
de Gales e Irene Montero hace un viaje mental al país de los
talibanes donde las mujeres, afirma la de Podemos, sufren la misma violencia que en esta vieja piel de
toro. La ministra, que hace oposiciones desde Galapagar a descerebrada
del año, tiene un ojo puesto en Kabul y otro en el pisito de soltero que su cuchicuchi está montando en la ciudad condal.
La hija de Felipe VI ha viajado en un vuelo regular, las niñas de Pedro Sánchez hubieran ido a Cuenca en el Falcon y las chicas de Zapatero son tan góticas que no pueden ir a ningún sitio sin asustar.
Vuelve la jerarquía
y con ella el encanto de una niña que se está preparando a conciencia en una
institución académica exclusiva. El precio del curso asciende a 76.000 euros.
Nada que ver con los 245 millones que cuesta la corporación catalana de Mitjans
audiovisuals o con los 177 que nos sale Canal Sur con sus tres
canales de televisión y dos de radio.
Nada es gratis, y todo lo que es gratis es
malo, pero puestos a comparar hay que recordar que el precio es lo que se paga,
y el valor es lo que se obtiene. Y España va a obtener mucho con la
educación de la princesa, aunque esté pagando un precio muy alto por la
pandilla de tarambanas que nos gobierna.
Sergio Calle
Llorens
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