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sábado, 6 de enero de 2018

CINE ESPAÑOL

El cine español no es una industria sino una pyme que parece no entender que el marketing no empieza cuando la obra ya está acabada, sino mucho antes. Normalmente antes de empezar a rodarla, antes incluso de que se escriba el guión. Sin embargo, el cine patrio no solo no parecer comprenderlo sino que, incluso antes de los rodajes, comienza a dejar claro que su único objetivo es que rueden las cabezas de uno de los bandos de una guerra civil suficientemente acabada y que todos perdimos.

 Habría que explicarles que la estrategia comercial importa tanto como la creatividad artística y, de paso, no encabronar a la mitad de los potenciales consumidores de ese mercado nacional.  Además es bien sabido que la franja de edad que acude en masa a los cines es la que tiene entre 15 y 24 años. Una franja que en España representa el 57% del total de la audiencia cinematográfica. En Inglaterra la cifra alcanza el 84% y en Italia y Alemania el 76%. Esto explica la enorme popularidad de géneros marcadamente juveniles como el cine de aventuras y de acción.  Por ello, Buena Vista es la distribuidora internacional de Disney que busca colocar en el mercado cintas juveniles y familiares de corte amable y tranquilo.

Con todo ello no quiero decir que los del cine español tengan que crear solo productos para jóvenes pero, de alguna manera, podrían realizar películas menos deprimentes  con actores que vocalicen mejor que un maniquí en un escaparate ¿Pero cómo es posible que hablen tan mal? Por no hablar de la manía de desnudar a cualquier actriz novata para que los varones disfrutemos de unos buenos pechos nutricios.

Por todo lo anterior, llevamos 13 largos años sin representación española en la meca del cine. Y eso no solo tiene nada que ver con la escasa calidad de las películas sino la forma que tienen, sorprendente por otra parte, de apartar las pocas decentes que se hacen. Particularmente el Guardián Invisible me ha aparecido una cinta grandiosa pero para gustos los colores.

Si la primera tarea en el cine es conseguir la financiación para la cinta y luego vender los derechos de exhibición en todo el mundo- curiosamente en Europa la empresa que produce el film rara vez es la misma que la encargada de distribuirla- la segunda es entender que hay que buscar la excelencia para que los tres mercados fílmicos más importantes del mundo les tomen razonablemente en serio:

-                                                                                                      American Film market
-                                                                                                       Los Ángeles Film
-                                                                                                                     Cannes

La clave del éxito está, aparte en el  talento que se pueda atesorar y demostrar en cada cinta, en la distribución en vídeo, televisión y en cable donde se mueven tantos millones como en los cines, y es ahí precisamente donde muchas películas se juegan su rentabilidad comercial. En mi opinión, a los del cine español les ha pasado como a los Hermanos Lumiere que respondieron de la siguiente manera a una oferta comercial para comprar los derechos de su invento: “Desengáñese usted, el cinematógrafo es tan solo un juguete más y nunca tendrá utilidad comercial”. Obviamente George Meliés se quedó tan espantado como muchos de los espectadores que acuden a las salas para consumir cine patrio. 

 Son legión los del cine español que sufren el síndrome de la abeja: se creen Reinas pero no son más que bichos que lo desconocen casi todo del negocio. Por lo tanto es buen momento para recordales a Riccioto Canudo que acuñó en 1911 la expresión Séptimo Arte para el cine, ya que en el mismo se resumían los seis anteriores. De la escultura y la arquitectura hereda la creación de espacios, de la danza el movimiento escénico, de la música la banda sonora, de la pintura la composición y la luz y de la literatura los diálogos. A partir de Canudo, el cine se ha visto siempre como un arte compartido. El problema es que no hay nadie que tenga el valor suficiente para compartir muchas de las películas que se están realizando en España.

Sergio Calle Llorens

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