En España
tenemos, al parecer, dos problemas serios; el Valle de los Caídos en Madrid
y el Valle de los Callados en Andalucía que, por supuesto, más que
valle es una garganta profunda que se traga todo en el más absoluto de los
silencios. Ni siquiera se le oye haciendo ese sonido que los anglos llaman feltching. Personalmente creo que
ninguno de esas preocupaciones va ya conmigo porque una cosa, sin embargo, es
la literatura de propaganda y otra la historia. La mía, insisto, nada tiene que
ver con esas angustias patrias. Mis ojos sencillamente se han derrumbado de
otoños y decepciones y el bálsamo solo lo hallo en la mar, la literatura y el Rock and Roll que, como todo rocker sabe, es el principio y el
fin. La santísima trinidad. Pero
como nos decía Joe Ramone; stop thinking about it.
Hoy elevaré una oración a Tutatis y a Odín para
que me concedan fuerza para encarar lo poco que me queda. Hoy volveré a tomar
la pluma para componer esa canción que me reclama el cielo. Hoy iré al rompeolas a ver
como descargan los rayos y, en el intervalo, tomaré la guitarra para cantarle a
la luna oculta tras las pérfidas nubes dejando sepultados, y para siempre, el pasado y la vindicación con lo
primitivo. Será el primer día del resto de mi vida. La historia dorada empieza ahora.
¡Que Dios reparte suerte!
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