Un estudio del gobierno bananero de Andalucía establece que los proyectos comerciales, empresariales e industriales contemplados en la Vega de Campanillas y, en los márgenes del Guadalhorce, podrían no ver la luz. Y eso que los había aprobado la misma Junta tras una década de negociaciones con el Ayuntamiento de Málaga. La razón es, como les digo, un nuevo informe sobre la inundabilidad de la Cuenca en 500 años.
Si la Junta no es capaz de ejecutar los presupuestos de un año para otro, a pesar de la matraca mediática de propaganda, no es de recibo pensar que pueda adelantarse a lo que ocurrirá cuando todos llevemos siglos criando malvas
No es de mal pensados, por tanto, creer que si no son capaces de terminar con las listas del paro, ni adelantarse a los problemas que tendrá la región a corto plazo, mucho menos podrán determinar la inundación de ninguna zona. Todo responde a esa vieja táctica socialista de anular las posibilidades de Málaga, vaya usted a saber por qué. Personalmente, estoy más interesado en saber sus cálculos sobre esos proyectos mil veces anunciados como; el tren litoral, el saneamiento integral de la Costa del Sol, el Parque de los Cuentos, la devolución de la sede de la Cuenca Mediterránea, el metro a la zona este de Málaga, el cercanías a la Marina, el tercer hospital etcétera etcétera. Hablar de 500 años es, sencillamente, la repanocha cuando se trata de seres tan ineptos y cretinos. La verdad es que no sé ni como se atreven.
Y en hablando de cretinos; no quiero que se me escape el sustituto de la ínclita Toñi Moreno- que por cierto ha fracasado en TVE con sus andaluzadas- que acaba de recibir un premio de la comunidad gitana. En la gala, el inculto e impresentable presentador hizo suya la petición de erradicar del término gitano la acepción "trapacero" que viene a ser el que trata de engañar. El sonriente conductor del engendro "Esto tiene arreglo" desconoce, entre otras cosas, que la realidad no cambia aunque hagas un cambio en la lengua. Por eso, aunque la RAE decidiera excluir el término del diccionario, el personal seguiría usando la expresión gitano con sentido peyorativo. Como dicen los catedráticos de lengua española, llevar esta idea hasta sus últimas consecuencias nos llevaría a que un día no pudiéramos leer ni El Quijote porque tiene un vocabulario arcaico.
Se me ocurre que en vez de erradicar el término, la RAE podría incluir en la definición de gitanos a todos los cargos de la Junta de Andaluía, a sus consejeros, a sus delegados provinciales y a todos los presentadores de la caja tonta- Canal Sur- porque son lo más trapeceros que parió madre. No lo digo yo, lo dicen los 35 años largos en los que llevan engañando al conjunto de andaluces. Más de tres décadas con el timo de la estampita que en 500 años, con zonas inundadas o sin ellas, los gitanos que apliquen el latrocinio institucionalizado seguirán llevando el jodido capullo en la solapa. Apenas me queda añadir que si la RAE tiene como lema el "limpia, fija y da esplendor", los cretinos de la Junta tienen el suyo propio; tontos que ensucian fijo y dan pavor.
Sergio Calle Llorens
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