Recuerdo que hubo un tiempo en el que los españoles asombrábamos
al mundo con nuestros relámpagos. Hoy, en cambio, apenas ya quedan
recuerdos de aquella actitud que nos hizo dominar el planeta. Empero, todavía hay compatriotas que han sido capaces de conservar esa mirada.. Sin duda, nuestras zozobras de hoy se deben a la cobardía del personal. A
ellos les recuerdo que la vida, como la
esgrima, se basa en saber destacarse ante aquellos que están dispuestos a
asaltar nuestro castillo. Y éstos han de saber que estamos dispuestos a vender
cara la piel. Hay que obligarles a comprender que si lo intentan, lamentarán
haber nacido.
Por eso cuando leo o escucho a los del Estado Islámico
afirmar que en 5 o 10 años están dispuestos a hacerse con nuestro país, pienso
que hemos de recuperar, sin falta, esa mirada fría y desafiante. Una mirada que
les diga: por aquí no pasáis pedazos de asnos. En realidad, si quisiéramos,
podríamos dar una lección magistral al mundo de cómo se hacen las cosas. Sin
complejos. Una buena tunda a esos desgraciados que quieren ponernos mirando a La Meca.
Sencillamente los españoles no tenemos el cuello destinado
al verdugo. Nosotros que pertenecemos a la nación moderna más antigua del mundo
no podemos, ni debemos, dar un paso atrás en las pretensiones de esos canallas.
El moro mejor que nadie sabe mejor interpretar esa mirada llena de
determinación. Por eso, les pido que la próxima vez que tengan dudas, busquen los
ojos de los Gasol antes de la final ante Francia. De inmediato recuperarán la furia que todo español lleva dentro. La madre
España y, junto a ella, la Princesa Europa
bien merecen el esfuerzo. Es la civilización contra la barbarie. Sí, ya sé que
todos quieren que les pase cosas bonitas, pero yo no puedo pasar por todos
lados. La próxima vez luchen antes de que sea
demasiado tarde.
Sergio Calle Llorens
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