Hoy, por lo tanto, es un buen día para recordar a los
turiferarios de Chaves como Luciano Alonso que defendía el derecho del corrupto
a ayudar a su hija. La propia Susana Díaz afirmaba que creía en la honestidad y
la talla moral del ceutí. Y aquel Tom Benítez que babeaba en cada entrevista al
hijo del militar franquista.
Sí, hoy es una excelente jornada para recordar que la Junta se saltó la ley para
beneficiar a alguien relacionado con la secta del capullo. Y, sobre todo,
acordarnos también de todos aquellos que nos insultaban por llamar corruptos a
los socialistas. Deberían arrodillarse ante nuestra presencia para permitir que
les sodomicemos, y sin vaselina, hasta el año 3333. Una forma justa de
devolverles todo el daño que han causado a las pobres gentes del sur.
Quiero recordar además a esa minoría que ha escrito y
luchado contra la corrupción de la República Bananera
de Andalucía. Y que nadie me venga con enfados por el comentario porque un territorio donde una
empresa extranjera contrata a la hija del cacique local para hacer negocios, es
propio de países bananeros.
Personalmente he padecido un calvario desde que empecé a
darle a la tecla para denunciar la corrupción de la cloaca andaluza. He sufrido
amenazas, querellas, seguimientos por parte de hermanos de altos cargos de la Junta y he sido atacado por
todos los frentes. Empero, al final las hojas del calendario han caído y hasta
la mismísima Junta reconoce que todo lo que habíamos publicado era
rigurosamente cierto. Dicho de otra manera; unos pocos teníamos la razón y
pagamos un alto precio por ella, mientras la mayoría del cobarde pueblo andaluz
callaba como putas en cuaresma.
Estoy seguro de que Chaves, para defenderse, pondrá esa cara
compungida como de estar comiendo limones en ayunas pero, ya no lo defienden ni
los suyos. La única grandeza del patético ex Presidente ha sido para su familia
que se ha hecho rica a costa de todos nosotros. Esa es la realidad en la
taifa en la que tenemos un descomunal problema de paro sin que los súbditos
andaluces sean capaces de manifestarse por nada que no sea la Virgen de su pueblo.
Desconozco si el hombre de la inmensa cabeza y escaso
contenido pagará algún día por sus fechorías. El que va a pagar, y con creces,
es el pueblo andaluz con su inmensa estupidez y sus continuas majaderías que
permiten al PSOE que les robe la cartera todos los días del año. Sencillamente
cada uno tiene lo que se merece; el rey de la dislexia merita una celda en
Alhaurín y los andaluces seguir viviendo en su patetismo permanente.
Sergio Calle Llorens
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