Cuesta creer que los catalanes se enfaden más con líderes como Albert
Rivera que por el latrocinio instucionalizado del poco honorable Pujol. Es tal el
despropósito que a los habitantes de esa región ya apenas les puede salvar el ingreso masivo
en un hospital psiquiátrico. Un lugar acogedor que les cure de sus repugnantes
pasiones, envidias y resentimientos.
El error conceptual ha sido pensar que porque la región
catalana estaba cerca de Francia iban a ser más civilizados que el resto de
monos peninsulares. La verdad es bien diferente como muy bien demuestran las
intervenciones de la muchachada independentista defendiendo a Don Jordi
Corleone. Por cierto, lo que tiene que estar disfrutando hoy el señor Boadella.
Hay que salvar a Cataluña de esta pandilla de eunucos masturbadores
que se corren al contacto con la bandera del antiguo Reino de Aragón. Hay que
cerrarles el chiringuito antes de que no haya ni una empresa en el mundo
dispuesta a establecerse en su territorio. Hay que enseñar a sus niños que sus
papis, simplemente, les mintieron con la fe ciega del converso. Hay que poner
punto y final antes de que Cataluña sea reconocido como el mejor circo del
mundo con el nombre de Paletonia. Hay
que evitar que a las mujeres catalanas las terminen violando los Mohamed, que
no es árabe clásico pero sí un clásico árabe conocido como violencia rectal en el nombre de Allah.
Señorías; hemos de rescatar a la región española de Cataluña
de su cerril odio africano por el vecino. Mañana es demasiado tarde. Y si no actuamos
pronto, alguno va a terminar dándole la razón al General Espartero con aquello
de que hay que bombardear Barcelona cada 50 años. Y es que hay gente a la que le
encanta apuntarse a un bombardeo.
Sergio Calle Llorens
Yo creo que mejor bombardeamos tu casa en un acto altruista de limpieza democrática
ResponderEliminarEntonces Cataluña perdería un amigo dispuesto a proteger a los honrados ciudadanos catalanes de la locura nazionalista que aboga por cazarles por pensar diferente. Lo que viene pasando en su dictadura cubana. Ahora le dejo que me espera su madre en el tálamo
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