Durán Lleida ha vuelto a demostrar que es un auténtico
zorro. El verdadero vencedor del tema de la consulta que nunca va a celebrarse.
Exactamente como él quería. No la habrá porque no puede haberla y, a su vez,
salvará la cara de su formación. Rajoy, por su parte, acierta no entrando al
trapo de las provocaciones y tiene el apoyo expreso de Rabalcaba. Los
secesionistas catalanes volverán a marcar en rojo otro año 14, éste verdadero;
una nueva derrota ante la pérfida España.
El líder de Unió ha vuelto a moverse bien entre bambalinas. Y,
por su parte, media España periodística ha hecho el ridículo escribiendo que
era un cadáver político. Aquí lo único que huele a muerto es Mas.
Durán vuelve a demostrar que es catalanista pero nunca ha
sido independentista. Es él quien mejor representa la esencia de esa ideología
regionalista; vivir subvencionados por el estado. Para conseguirlo, elevan al
cielo diferentes agravios reales o imaginarios. Nada
más y nada menos. Por su parte, los empresarios comienzan a ver luz a final del
túnel. Saben que la independencia de España les impediría seguir vendiendo sus
productos.
Cataluña es una tierra de tenderos poco dada a los
experimentos con gaseosa y, por supuesto, el estado catalán será siempre de ese
elemento y nadie podrá atraparlo. No hay que bombardear Barcelona cada cierto
tiempo como piden algunos. Basta con comprarles sus cosas y recuperar a cambio
la competencia de educación.
No hay nada que pondría más caliente a un independentista
catalán que ver un tanque del ejército español entrando a la Plaza de Sant Jaume, pero
Rajoy cuenta con un arma mucho más poderosa; la constitución y el apoyo del
PSOE y la promesa del mismísimo Durán de que parará todo aquello.
En la política, como en la vida, no se trata de quien tiene
razón sino en las ganas que uno tenga en vencer. Y tenemos más ganas que esos nou catalans hindúes pidiendo independencia. Los secesionistas están
convencidos de su superioridad moral y material sobre el resto de españoles,
pero están a punto de recibir un baño de humildad en toda regla. Una derrota
sin paliativos por pensar que no había vida inteligente más allá de las tierras
del Ebro. Podrían preguntarse cómo es
posible, si en verdad son tan superiores, que hayan podido vivir subyugados por un
enemigo tan lerdo. Pero no lo harán porque han reducido al máximo las
informaciones que les llegan del exterior. Esa que ellos llaman facha porque
viene de Madrid y, como todos sabemos, de allí no pueda venir nada bueno. El
enemigo, parece mentira que no lo sepan todavía, son aquellos catalanes que no
están dispuestos a vivir bajo una pandilla de tarados y menos, fuera de la Unión Europea.
Coda: Tras 300 años sometiendo a Cataluña, voy a buscarme una nueva tierra a la que someter.
Sergio Calle Llorens
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