La corrupción existe en todos los estamentos de
la vida española. Igualmente y, aunque no tenga nada que ver, hay un 10% de
personas de la población que es homosexual. Empero, los grandes medios de
comunicación se empeñan en negar la evidencia del gran fraude que supone la
liga nacional de fútbol.
Todo esto viene a cuento tras las últimas
polémicas arbitrales cuyo beneficiario, como no podía ser de otra manera, ha
sido el Real Madrid. Ese penalty inventado por el señor Muñiz hizo correr ríos
de tinta y, las tertulias echaban humo. Yo me preguntaba a qué venía tanto
escándalo, un trencilla inventando penas máximas para el equipo merengue.
Pensemos, aunque sea por un momento, que el premio Marca al mejor colegiado de
España tiene el nombre de Guruceta, cuando se ha demostrado que se dejó comprar
en la temporada 83-84 por el Anderlecht. Unos 4 millones de las antiguas
pesetas fue el precio por la que el presidente del club belga. Constant Van de
Stock, amañó el resultado en la semifinal de la UEFA. Aquello trajo consigo la
sanción al club pero luego el TAS se la retiró por un error de forma, se ve que
el equipo no era de Málaga.
De los 26 presidentes de los árbitros, 25 han
tenido vinculaciones con el Real Madrid. Dicho de otra manera, el equipo blanco
ha contado con un fuerte aliado a la hora de las designaciones arbitrales. Uno
de ellos, José Plaza afirmó que el Barcelona no ganaría la liga mientras él
fuera presidente, como así ocurrió. Y lo hizo con una chulería impresionante
tras el penalty que se inventó Guruceta en el Camp Nou.
La liga española, aunque no se quiera
reconocer, es un fraude, debido a las ayudas millonarias que reciben los dos
grandes del fútbol patrio. Un hecho que unido a los favores arbitrales, nos
lleva a la siguiente conclusión; el Madrid sale con 30 puntos de ventaja y el
Barcelona con 25.
Por todo lo expuesto, es difícil de creer que
los plumillas deportivos quieran hacernos creer que el fútbol está limpio como
una patena. Leerles y escucharles nos lleva al convencimiento de que todo es
una gran farsa en la que ellos esconden la podredumbre que les da de comer.
La regeneración pasa por una nueva generación
de dirigentes que cambie, desde dentro, las estructuras del balónpie en una
búsqueda de una competición más justa y atractiva para el espectador. Algo
difícil de lograr con tanto periodista en nómina de Florentino Pérez. En el
fútbol español no habrá mucho maricón, pero de mariconazos vamos sobrados.
Sergio Calle Llorens
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