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lunes, 28 de octubre de 2013

BELLEZA

El sol se había puesto tras el bosque. La noche avanzaba hacia nosotros desde la mar, cubriendo la sierra de púrpura, como si pretendiera envolvernos. La foresta se quedó muda y las montañas fueron bañadas por una luz rojiza muy mediterránea. Pensé en la suave belleza de la montaña como la curva de un cuerpo de mujer. Fue un momento manchado de lujuria en el que imaginé el vino corriendo por la sangre, el roce de unos labios, el brillo de unas piernas enfundadas en unas medias. Alejé esos pensamientos y me senté junto al grupo a disfrutar de la Sierra de las Nieves.

 La luz se disolvía en el crepúsculo de la otoñada. Todo era de una fugacidad trémula maravillosa. El azul de la patria salada conjugado por el verde del bosque y el cielo naranja me hicieron pensar que esa visión justificaba toda mi existencia. Las dificultades no son nada en comparación con la belleza de ese momento en el que permanecimos en silencio, como no queriendo romper la magia que lo envolvía. Incluso la hojarasca empujada a nuestros pies con la mecida del viento, ponía la banda sonora a ese instante de nuestras vidas.

 Comenzó a llover. Los árboles goteando, el bosque susurrando. Era puro realismo mágico sentir las gotas casi invisibles calando nuestras ropas. Descendimos en silencio por temor a que la tormenta arreciase. Y eso hizo, al poco, con su celestial pirotecnia. Temps de bolets pensé, para mis adentros imaginando esas setas grandes y sabrosas en mi boca. Soñé con trufas de camino a la cena donde la señora de la casa nos había preparado manjares regados con un buen vino de la tierra. Conversaciones inteligentes lejos de la necedad de necedades que ha convertido el patio sureño en un lugar irrespirable. Me dejé flotar en el oscuro mar de la noche, feliz, inmensamente dichoso por la jornada que acababa de vivir. No podía pedir más a la vida y susurré un elocuente agradecimiento desde lo más profundo de mi corazón.

 Sergio Calle Llorens

3 comentarios:

  1. Cada día busco tus articulos porque los necesito como agua de mayo. Escribes tan bien y obras el milagro de mojarme enterita. Besossssssssss

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  2. Siempre he querido ser tuyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.

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  3. Quiero ser tu lujuria permanente. Hacerte de todo en una playa o en la sombra de un bosque, me vuelves loca.

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