Mi único anhelo es vivir tranquilo y
apartado con la sana intención de que ningún genio pretenda
catequizarme y salvarme de vaya usted a saber qué. Hasta que ese
glorioso momento llegue, me veo obligado a conformarme con los
atardeceres rojos del mediterráneo. Lugar al que acudo para
huir. Esta mañana, mismamente, desayunaba leyendo la prensa cuando
un fuerte desasosiego se ha apoderado de mí. Ni siquiera el murmullo
de la mar y el cielo de levante blanco y rosado me han ayudado a
calmar mi alterado espíritu.
Cataluña era, como no, la primera
noticia que me desgarraba el alma. Separadores y separatistas
atizándose fuerte por el asunto de la independencia. Creo que el
principado en la guerra de secesión confió su futuro en las tropas
aliadas, convencida de que la victoria del pretendiente haría de
Barcelona el centro económico de España, luego Rafael Casanova y
los suyos no lucharon por una Cataluña independiente, sino por una
forma de entender España. Éste es un punto que la gente suele
desconocer, sobre todo en la región catalana en cuyas aulas estudian
una historia como de Mortadelo y Filemón. En estas, Cataluña amaga con ser independiente pero sin independizarse y el estado hace lo
propio con hacer cumplir la ley . Con lo fácil que sería aplicar la
ley 150 de la LOE sobre los derechos lingüisticos de los padres,
algo que convalidó el Tribunal Constitucional abriendo la
posibilidad de que la Alta Inspección actúe directamente sobre los centros educativos. En la práctica supondría que el estado podría
privar de efectos oficiales las enseñanzas impartidas. Pero los
sucesivos gobiernos del PP y del PSOE han hecho dejación de su
responsabilidad. Con una política educativa en la que se alienta el
odio a todo lo español, las nuevas generaciones de catalanes se han
subido al carro del separatismo y, como no podía ser de otra manera,
los empresarios catalanes se echan las manos a la cabeza. La
Cataluña nacionalista, en cualquier caso, ha ido ganando adeptos
para la causa, al mismo ritmo que perdía a personajes de la
importancia de Albert Boadella y Sabino Mendez. El primero aborreció
públicamente de su tierra con el libro “Adiós Cataluña”, y el
segundo con la formación del partido Ciutadans de Catalunya que tan
bien dirige Albert Rivera. Nada de esto es una sorpresa cuando los
mismísimos Dalí y Plá han sido proscritos por el fascismo
nacionalista catalán.
Ahora toda la Cataluña que yo conocí
está inmersa en una luz de atardecer, entristecida. Pisa firme, o
eso piensa, por el crepúsculo en búsqueda de una noche que será
larga y penosa:
Per la mare del
Deu D´agost
a les set
ja és fosc
Los catalanes ,que también se sienten
españoles, se reunirán a la luz de la lumbre. Apenas unos susurros
para que ningún comisario nacionalista le pueda acusar de ser
desafecto al nuevo régimen. Entenderán, por fin, que un día se
fueron a dormir para hacer una prueba general del sueño eterno y que
cuando despertaron ya era demasiado tarde. Y yo, que amo
profundamente la cultura catalana, sus cosas y su lengua, seguiré
con el alma en pena porque finalmente los separatistas y los
separadores habrán ganado la guerra de Cataluña.
Sergio Calle Llorens
Visca Espanya i Viva Cataluña!!!
ResponderEliminar