Éramos
pocos y parió la abuela, y es que el presidente de la Junta de
Andalucía, José Antonio Griñán, ha apostado por una España
federal después de la reunión en Moncloa entre el presidente
español y Artur Más, ese paleto provinciano que quiere convertir a
Cataluña, tras lo de Lituania, Estonia y Letonia, en la nueva
Paletonia. Una apuesta que, según el hijo del escolta de Franco,
puede permitir “devolver la ilusión a los españoles”. Muchos
nos habríamos conformado con que nos aclarara dos asuntos vitales
respondiendo a estas preguntas; ¿Dónde está el dinero de los ERE?
Y ¿Cual es la etimología de la palabra capullo? Porque hay que ser
un entrañable cuadrúpedo solípedo para proponer un estado federal
a estas alturas del negocio. Acabáramos. Lo cierto es que el cuento
federal quiere decir que todas las partes deben respetar la
autoridad central, algo que no hacen, a día de hoy, ni la Cataluña
aldeana, ni la Andalucía subdesarrollada.
Lo
que a mí me haría ilusión es ver a Camps o a Chaves entrando en
prisión vestidos de lagarteranas. Además,lo de la España federal es una
autentica chorrada, porque lo que realmente quiere la Cataluña
nacionalista es hablarle al estado de igual a igual. Claro que
Arturín Más o menos intenta, sabiendo que la independencia es
imposible” crear “estructuras de estado” aunque no lo sean. A
pesar de las subrepticias técnicas de adoctrinamiento al personal
para que nos traguemos el rollo federal o el pacto fiscal, lo
verdaderamente importante es que en el principado se cierran
hospitales y escuelas. Algo de lo que también sabemos en la
Andalucía que, aunque no es federal, si es bananera. Y no les digo
la ilusión que me haría ver el uso práctico que los
presidiarios le darían a las bananas, si tuviesen la ocasión, en el ano de los políticos mencionados en los párrafos precedentes. No se me
escandalicen demasiado por lo que aquí les dejo escrito, que el
único escándalo es tener a estos simios embutidos en trajes de
Armani como dirigentes que, además de inútiles, no desgravan a
hacienda.
La
única respuesta a toda esta deriva nacionalista, es más España y,
para ello, hay que devolver la competencia de la educación al
estado. En caso contrario, se nos va a seguir cayendo el pelo,
fulículo a fulículo. Entiendo que para aquellos que tienen el
cerebro de un percebe no apoyarán jamás esta propuesta que, seguro,
juzgarán como un ataque al estado autonómico. Pero no, se trata de
mejorarlo. De establecer los límites a esa gente que un día sí, y
otro también, nos hace chantaje del tipo:” Sabes que en Navidad la
pasamos todos juntos, cómo es que te vas de viaje? Esta puede ser mi
última fiesta contigo”. Pero ya no cuela, porque tú sabes que
precisamente en navidad, el Cava lo ponen ellos y nosotros pagamos la
factura. Algo que seguirá pasando por los siglos de los siglos. Así
que el señor Griñán se puede ir a hacer gárgaras en compañía de su
España federal. Y, de camino, que se lleve con él a Valderas, para
que juntos, que no revueltos, evangelicen a los monos gibraltareños.
Sergio Calle Llorens
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