PP Y PSOE DICEN NO A LA LÍNEA 3

Acaba de ocurrir algo que ha pasado completamente desapercibido para el gran público. Tal vez sea la magia de la navidad que todo lo envuelve, pero sí, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga se han puesto de acuerdo en algo: Cargarse la Línea 3 de Metro de Málaga. No es oficial, pero ya es oficioso. Sólo hay que estar bien informado y saber leer entre líneas las declaraciones de los hombres y mujeres del PP y del PSOE. Les explico, el área de movilidad del ayuntamiento de Málaga tiene muy avanzados los estudios para implantar una plataforma reservada que conecte el Palo con el centro. Se trata del BRT- Bus Rapid Transit-, que algún medio, actuando de vocero, ha bautizado como un tranvía con ruedas. Pueden reír si quieren. El proyecto, en estudio, ha sido muy bien recibido por las criaturitas socialistas. Esas de cuyas mentes no salió jamás una propuesta brillante. Es más, si cada vez que tuvieran una idea se encendiera una bombilla, el mundo viviría en la más completa oscuridad.


Igual que hay mentiras elegantes y tontos bien vestidos, los embustes de nuestros políticos se visten de artículos de opinión firmados por plumillas con las rodillas desgastadas. Ya me entienden. El caso es que el biólogo que dirige Metro Málaga no tiene ni puñetera de cómo llevar el suburbano a la Malagueta, y mucho menos al Palo. Por no tener, no tienen ni un euro, ni mucho menos recursos para que los ciudadanos del este de Málaga incluyendo a los del Rincón de la Victoria tengan un transporte de calidad. Como ni el ayuntamiento, ni la Junta tienen pasta gansa para prolongar las líneas del suburbano, se han puesto de acuerdo en paralizar el proyecto. La Junta en principio, y muy sibilinamente, planteó un tranvía en superficie. Pero luego ha acabado aceptando la propuesta del concejal responsable del área de movilidad del ayuntamiento malagueño, Raúl López, que afirma que es mucho más barato “el tranvía con ruedas” que un tranvía de verdad. Es obvio que en esta ciudad siempre hay un tonto dispuesto a ganar la medalla de oro en las olimpiadas de la idiocia.



El proyecto del BRT ha sido anunciado para estar en servicio a finales de esta legislatura, pero no todo está perdido, también Celia Villalobos prometió el plan Guadalmedina y el alcalde tres líneas de tranvía y un teleférico para la Alcazaba. Y de momento, no se vislumbran en el horizonte. Por eso, muchos todavía tenemos esperanza de que estos autobuses más grandes de lo habitual no se instalen nunca en Málaga y que con los años los habitantes de la zona este de la provincia contemos con una línea de metro en condiciones. Es el sueño compartido de muchos malagueños que están literalmente hasta las pelotas de contar con un servicio de autobús tan paupérrimo. Aquellos que no me crean, pueden intentar tomar una línea de autobús en el Rincón de la Victoria con destino la capital. Les aseguro que es mucho más fácil que la población mediterránea quede asolada por un tsunami a que el autobús de San Fernando llegue a tiempo.


Pero si de traca es que la Junta y el ayuntamiento se hayan puesto de acuerdo en algo, mucho más son las supuestas declaraciones de los supuestos expertos consultados sobre la posibilidad de descartar la opción del metro porque no es rentable y sale muy caro: “Uno tiene que decidir en función de lo que necesita; si necesito un seiscientos, por qué me voy a comprar un mercedes”. ¡COÑO! Si es por ahorrar, tampoco los políticos de esta tierra nos salen muy rentables que digamos. Aquí, es menester recordarlo, los proyectos se eternizan cuando no se guardan en los cajones de los corruptos junteros. Por lo que nos iría a todos mejor si diéramos de baja a muchos de nuestros representantes públicos, o disolver la autonomía andaluza porque corremos el riesgo, por cuestiones de ahorro, que un día el ayuntamiento de Málaga nos cambie los autobuses por dromedarios. Y los de la Junta, pasada la magia de la navidad, propongan a los burros taxis de Mijas como medio de transporte alternativo.


En Andalucía cada día que amanece, el número de tontos crece.


Sergio Calle Llorens