Soy escritor, investigador, guionista, profesor de idiomas y muchas cosas más que no caben aquí. También tengo una sección en Espacio en Blanco de RNE. El mundo se divide en dos categorías, los que tienen el revolver cargado, y los que cavan, tú cavas.
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viernes, 12 de agosto de 2011
LA ESPAÑA AUTONÓMICA
En España vivimos con el lastre de las mentiras que conducen la nao española a la deriva. Y eso que es mejor una verdad dura, que un engaño. Con la verdad se llega a sanar, con la mentira a enfermar. Lo escribo porque llevo más de una década defendiendo la tesis de que el estado autonómico español es inviable y nos conduce, irremediablemente, al desastre. Hoy, ya son muchos más los que se atreven a apoyar en público esta tesis. En cualquier caso, defender esta verdad mía, me ha costado innumerables insultos, la pérdida de algunas amistades e incluso algún varapalo profesional. Así que como ya no me pueden hacer más daño, hoy voy a seguir contándoles esa verdad incómoda sobre las mentiras de la España autonómica. Creo que lo hago con la esperanza puesta en que Sófocles tuviera razón con aquello de que una mentira nunca vive para llegar a vieja. Pues que no llegue.
Una de las afirmaciones que llevo escuchando desde los primeros años de la transición es aquella que dice que a mayor descentralización menor corrupción. Huelga decir que los datos contrarios a esta opinión saltan a la vista. Las autonomías han servido para que una clase política asaltara las arcas públicas con el mayor de los descaros. No les hablo de un partido en concreto, sino de todos. Nacionalistas, no nacionalistas, izquierda o derecha. Todos han defendido esta forma de actuar ciertamente crepuscular. La descentralización ha servido, en mi opinión, para calmar las ansias de volver al terruño de algunos, y para imponernos el latrocinio institucionalizado. En definitiva, el café para todos ha dado lugar al puro, copa, putas y viva la madre superiora. Por eso, los dirigentes autonómicos no han querido que la descentralización de las autonomías llegara a los municipios. Sencillamente no estaban dispuestos a perder privilegios y el dinero. Ya saben, quien reparte- subvenciones- se lleva la mejor parte. Además, la España autonómica ha roto la unidad del mercado. Las diecisiete autonomías no han valido más que para calmar las neuras y la gula de la gentuza que nos gobierna. Hoy se ve normal que un proveedor no cobre de la administración por los trabajos realizados. Y aunque esa desvergüenza lo lleve a la ruina, el empresario no tendrá forma humana de evitarla. Tal es la decadencia.
El fracaso de la educación en España tiene su origen en la falta de acuerdo de los dos partidos mayoritarios. Falso. El fracaso escolar y el bajo nivel de nuestros estudiantes son responsabilidad del PSOE. Rubalcaba con su LOGSE y que España haya estado gobernada por el partido del capullo, han sido las causa fundamentales de este retraso educativo. El PP hizo un gran plan de educación, basado en el consenso, pero al llegar el leonés al poder se lo cepilló por decreto. Los socialistas, por tanto, son los padres de esa absurda política educativa en la que hay que igualar por la bajo. Una forma de entender la educación basada en la estupidez de unos señores que utilizan toda su energía en idiotizar a las nuevas generaciones. En la actualidad, gracias a la burrología socialista se admite pulpo como animal de compañía en los exámenes de selectividad. Por poner un ejemplo ilustrativo, en Andalucía es difícil encontrar a un escolar que sepa escribir una frase con sujeto, verbo y predicado. Y de hablar de forma coherente, lo dejamos.
Otra de las afirmaciones falsas es aquella que dice que las televisiones autonómicas realizan un servicio público a la ciudadanía. Incluso sus defensores resaltan que gracias a sus entes regionales el nivel cultural ha mejorado mucho. La realidad es que el engendro de esas televisiones solo sirve para manipular la información. Así el PP crea un panfleto en Telemadrid y el PSOE en Andalucía con canal sur. Televisión investigada por Iker Jiménez por sus continuos programas para anormales. De la televisión catalana ni les cuento, porque allí España es el estado o la península. Además, nunca he llegado a entender que cojones hace- que no sea el zángano- un equipo de la televisión gallega o andaluza en Washington o en Sydney.
Otra argumento que se da por valido es el de la guerra civil. Quiero decir que la gran parte de las películas, intelectuales de pacotilla y demás criaturitas de estas tierras defienden que el Frente Popular y la gran mayoría de fuerzas de izquierda luchaban por la democracia. Ante esa absurda afirmación siempre he presentado las teorías defendidas por historiadores como Stanley G. Payne. La verdad, aunque nunca es blanca o negra, sino de un marroncito peculiar que nos confirma que ambos bandos estaban plagados de degenerados. A la derecha, una masa cuartelera y paleta y a la izquierda gente que dejó que se sublevaran los militares para aplastar la revuelta y poder instaurar la dictadura del proletariado en nombre de una ideología- la comunista- que ha causado cien millones de muertos en todo el planeta. Desgraciadamente, las mentiras de Franco han sido sustituidas por las de los nietos de la turba bermeja.
Uno de las mentiras más patéticas, aunque también divertidas, es el de los curriculums tuneados. Ya saben, gente que vivió de perlas con Franco y ahora pretende hacernos creer que eran unos grandes luchadores antifranquistas. Para desmontar esta parodia apenas hay que ir un par de días a las hemerotecas para ver como los entonces hombres del régimen tenían cargo, y amaban el orden y a Franco. Los Chaves, los Bono, pasando por la burguesía catalana o vasca. Al parecer, todos han olvidado cuan entusiastas eran de aquel señor bajito con bigote que atenazó a España durante cuarenta largos años. Su único recuerdo de “aquellos maravillosos años” es un ligero dolor en el brazo derecho de tanto levantarlo. Sin embargo, la realidad también es tozuda en este caso. Franco murió en la cama porque no hubo huevos de echarlo antes. La verdad es que el gallego, además de tener una mala leche de cojones, hizo buena la predicción del General Cabanellas cuando dijo de él que no abandonaría el poder hasta su muerte. Coño, ni Nostradamus con sus cuartetas.
En conclusión cada autonomía ha hecho todo lo posible por esquilmar las arcas del estado y sus competencias. Un atropello basado en una constitución cuya obediencia recuerda a aquello de cuando las ganas de follar aprietan ni el culo de los muertos se respeta. Lo gracioso es que cada autonomía ha creado una historia a su antojo, un mito adánico, una base para sus delirios regionalistas o nacionalistas. En el País Vasco se dan por buenas las teorías de un tal Sabino Arana cuya ideología racista sólo es superada por las de Adolf Hitler; y en Andalucía, los niños aprenden- aunque sin darles demasiada importancia- las mamarrachadas de un tal Blas Infante. Y ay de aquel que ose criticar al establishment autonómico que será acusado de fascista, terrorista o de haber matado a Manolete. Recuerdo a Pujol y su asalto a Banca Catalana diciendo que era un ataque a Cataluña, cuando aquello fue un ataque a la inteligencia de todos nosotros. Por todo lo expuesto, los españoles hemos de volver a la senda del sentido común que es el menos común de nuestros sentidos. Debemos caminar juntos para que el estado se haga más fuerte y efectivo. Hemos de luchar para que el sistema autonómico tenga fuertes límites. Es hora de cambiar el modelo de organización territorial, de reducir el gasto. Todo con las vistas puestas en tener una educación de primera independientemente del lugar donde uno estudie. Hemos de organizarnos para salir nuevamente a competir en un mundo globalizado. Nuestros recursos deben utilizarse en apoyar la ciencia, la investigación y el desarrollo. Tenemos talento y llevamos en la sangre el gen de los conquistadores. Es cuestión de creérnoslo porque un día fuimos la admiración de todos y hoy somos el pasmo del mundo. El problema es que el español actual ha decidido jugar en segunda división; La España de las autonomías. Acabemos con ella antes de que ella acabe con nosotros. Dixit.
Sergio Calle Llorens
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Estimado Sergio:
ResponderEliminarDesde que saqué la selectividad allá por el año noventa y seís he asistido, cómo tantos otros a lo que tu dices, el desmoronamiento de un sistema estatal en favor de un sistema federal encubierto en nuestras autonomías. Un sistema centrífugo que intenta contrarrestar cuerenta años de movimiento centrípeto.
Lo he dicho muchas veces y lo seguiré reiterando, la Crisis es lomejor que le ha pasado a nuestro país. Muchas veces hay que reducirlo todo a cenizas para poder empezar a reconstruir, pues seguir poniéndo ladrillos sobre una grieta es una idiotez.
En ese sentido creo que España va a ir, administrativamente hablando, a peor, pues las autonomías no quieren soltar su parcela de poder y para eso hace falta dinero para gilipolleces porpagandísticas que es loq ue veraderamente le come el tarro a la población. Dinero que no tienen ni pueden recaudar, por lo que lo conseguiran a base de reducir en cosas que veraderamente son imporatantes y en las que no reparamos hasta que nos faltan, cómo la sanidad, la educación o la Ley de Dependencia.
Es mejor mandar ayudas a la Memoria Histórica, a las cadenas autonómicas, a las embajadas psudosoberanistas, a los estudios de los origenes de la autonomia como ente real del siglo IX... Cosas que no dan a nadie de comer, pero que a base de moverlas huelen y con su olor tapan a las cosas que veraderamente si necesitamos. Como esos políticos que ganan un sueldazo, llevan a sus hijos a colegios de pago y tienen cuenta en Sanitas no necesitan de esas cosas que para nosotros si son vitales, prefieren derivar esos fondos para coches, propaganda y demás mierdas.
A mí me parece genial que esto se vaya yendo a la mierda. Más tarde que pronto involucionaremos hasta la Transición y con un poco de suerte, nuestros ni nis, nuestros perroflautas y nuestras marujas adictas al Sálvame vean que todo ese velo de subvenciones, pagas, per y demás prebendas compravotos que no han ayudado a evolucionar el país sino a acomodarlo en la pereza se acaba en el momento en que vemos que no llegamos a fin de mes.
Peinado tienes toda la razón. Yo también veo la crisis como una gran oportunidad para resurgir de las cenizas. Mira Italia que ayer mismo suprimió entes locales y hasta provincias. Es el momento de cambiar todo esto. Saludos
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