La Junta de Andalucía ha decidido conceder 400 euros mensuales para jóvenes parados que quieran volver a estudiar. El anuncio lo ha hecho Mar Moreno con su particular forma de destrozar la sintaxis y la lógica. Porque convendrán conmigo que es ciertamente ilógico, pero muy ilustrativo, el hecho de que se premie con efectos retardados a aquellos que decidieron abandonar los estudios, mientras los buenos estudiantes y los investigadores malviven con unas becas miserables. Gente brillante, óiganme, que han hecho del esfuerzo y la dedicación sus mejores cartas de presentación, a pesar del poco apoyo que reciben del ente autonómico responsable de que Andalucía sea la región con mayor tasa de fracaso escolar de la Unión Europea. Lo lógico, sin duda alguna, sería apoyar a esos profesores y alumnos que se dedican con gran trabajo a enseñar y a aprender, en vez de realizar una educación a la inversa donde se conceden becas y ayudas a los que prefirieron meterse a albañiles o a gañanes de barrio. El problema es que este tipo de políticas equivocadas termina saliendo por un huevo de pato al contribuyente que casi nunca entiende las decisiones de los del capullo andaluz. Al fin y al cabo, nunca se dio aquello de tener un futuro brillante con un pasado tan oscuro. Y es en esa oscuridad donde habita Andalucía de forma perenne y lo que te rondaré morena.
Los educadores no tienen autoridad alguna y los que se apilan en las primeras filas, ávidos de conocimiento son maltratados y vilipendiados por la masa inculta que se jacta de serlo. Paquirrín, Belén Estebán y los del Río son los héroes del populacho y ganan tres veces más un cardiólogo infantil o un investigador contra el cáncer, cuyos logros nunca aparecen en la televisión. Aquí tras 30 años de régimen, la región sigue estando a la cola de todo lo bueno y a la cabeza de todo lo malo. Para salir del túnel negro de la ignorancia, hemos de hacer mucha pedagogía social. A nuestros escolares hay que contarles que para llegar a triunfar hay que pagar un precio, que dios suele bendecir a los valientes y a los que se arriesgan, que la cultura es el único vehículo que te permite abandonar las últimas posiciones del pelotón. De esta manera podremos conseguir que los que vienen detrás sean más que simples servidores de turistas barrigones. Ciudadanos que con su talento y su dedicación harían de esta tierra un lugar mejor y más habitable. Desgraciadamente, eso no será posible con las políticas siempre equivocadas de la Junta de Andalucía, políticas destinadas a que sigamos jugando en la tercera división de los tuercebotas como Griñán, Chaves y compañía. Yo propongo en cambio un cambio sustancial de mentalidad, de tácticas de juego, de trabajo en equipo para poder ir ascendiendo de categoría y llegar a jugar un día la liga de campeones con opciones de ganarla. Yo he visto mucho talento en las tierras del sur y gente muy trabajadora. Se trata en definitiva de apoyar a los mejores y de mandar a hacer puñetas a los cenutrios que siguen empeñados en hacernos creer que la culpa del retraso educativo la tiene la guerra civil, la crisis de 1898 o la serie de televisión Marco que traumatizó a toda una generación, o casi. Cualquier excusa es buena para no reconocer que la responsabilidad es de la Alí Baba y sus 4000 ladrones verdiblancos- en Andalucía los chorizos siempre doblan su número- es decir de todos ellos.
Sergio Calle Llorens
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