Por razones personales y profesionales sé que los controles alimentarios son mucho mejores en España que en el centro o norte de Europa. Sin embargo, Frau Merkel no dudó en apuntar a nuestro país como el causante de las muertes por la cepa E. Coli. Una acusación, sin pruebas, que les ha costado a los agricultores españoles pérdidas millonarias, ya que las colonias germanas de Austria, Dinamarca y República Checa decidieron cerrar sus fronteras a nuestros productos siempre deseosos de joder a los sucios sureños. Pero fíjense por donde, hoy un laboratorio de Hamburgo ha afirmado que los pepinos españoles no son responsables de las trágicas muertes. El anuncio viene a demostrar lo que ya sabíamos por aquí. En cualquier caso, ya ven, antes nos quemaban los camiones en Francia, y ahora es la prima de Peggy la que nos jode las exportaciones con una excusa peregrina.
Mientras Frau Merkel destruía lo que queda de la economía española, Rubal bebía cava con pepinos en compañía de Pajín. Y claro esas compañías son menos recomendables que la Santa Compaña en la soledad de un monte gallego. Cerca de él, ZP hacía de autista y la Ministra Aguilar cuya vista es de ratón en vez de águila, hacía honor a su verdadero nombre, que no es Rosa, sino cardo borriquero. Porque hay que ser muy burra para no cantarle las cuarenta a la vaca alemana y decirle algo así como: “Mira hermosa, te doy tres horas para retractarte o retiro al embajador de España, ¿Capito?” Para luego pedir compensación económica y hacer lo propio con el resto de países de la Unión. En cuanto a Rusia, la Ministra borriquera y el rasputín español candidato a las primarias deberían haberle mandado un mensaje claro y contundente a Putin y a su mujer Putina. Pero claro, los socialistas estaban muy preocupados en resolver el tema de las primarias y cuando han intentado reaccionar los empresarios de Almería, Málaga y Murcia estaban ya en la ruina. No es que yo esperara demasiado de un gobierno que permite que cualquier país se pase los intereses españoles por el forro de sus caprichos. Como cuando dejó marchar a los piratas somalíes después de haber torturado a sus nacionales, y eso que los tenía a tiro. Pero lo de Merkel ha superado todos los registros. Y todo porque es un gobierno lila y atocinado acostumbrado a que lo pongan mirado a la Meca sin rechistar. Estaría bien, por tanto, aprovechar esta costumbre tan zapateril para que dejen que los ciudadanos honrados les rompieran el ojete a nuestros ministros con puros pepinos españoles como venganza. Que a la Merkel habrá que esperar a que venga a Canarias de vacaciones.
Sergio Calle Llorens
No hay comentarios:
Publicar un comentario