Lo malo de hablar de un encuentro amoroso es que puedes
dejar mal a un segundo y, si largas sobre una orgía dañar a un tercero o a la vecina del
cuarto cuyo gemido abunda en el tema de la coyunda. Y hablando de vecinos; el índice de lectura en los hogares de Sevilla
es de un 40%. Con esos parámetros literarios habría que plantearse, y muy
seriamente, dejar a esa provincia fuera de cualquier proceso electoral. Y es que un pueblo mal informado no
debería ni votar, ni tan siquiera opinar de nada. Además, ¿quién les ha
dado permiso? A mi modesto entender, el sevillano medio no cansará jamás sus
ojos persiguiendo letras. Lo suyo, dicho
de una manera elegante, no será jamás un desprendimiento de retina sino de
ruina.
El drama español, especialmente acusado en Híspalis, es que
nuestra mayor contribución a la historia de la humanidad es Don Quijote y, empero, el populacho
prefiere los efluvios amorosos y el cotilleo de Sálvame a la lectura de un buen
libro. En Málaga tenemos el índice más
alto de todo el sur en compra de libros,
concretamente el 70%, y le sigue Granada con un 61%. El liderazgo de la
provincia malagueña en lectura se entiende por el elevado número de residentes
extranjeros. Vaya que tal vez habría que permitir a este sector de población
tan cultivado votar por la turba local que es tan chabacana como la de Sevilla.
Es obvio que a esa gente que no lee la noticia de un eje Málaga- Sevilla le parece una
gran oportunidad. Una coalición a la que han pedido sumarse Córdoba- afirma su ufano alcalde que no pueden perder más
oportunidades- y Granada. Incluso se
apunta a que poco a poco se irán uniendo
a esa federación las otras provincias. Habría que recordar que este eje
ya existe desde hace más de tres décadas y se llama autonomía andaluza. Un fracaso que solo ha servido para beneficiar
a los miembros de la secta del capullo.
Es evidente también que si en la antigüedad los turiferarios y aedos eran los encargados de
contar las virtudes de alguien, hoy, ya les digo, esa labor recae en los articulistas de los periódicos del régimen. Lean
las alabanzas a ese invento que lleva
funcionando, para nuestra desgracia, demasiado tiempo. Es el eje del mal, más
que se empeñen algunos, que se apoya en la tontura de un pueblo abyecto y
cobarde; el andaluz, cuyo cretinismo debería ser recogido en un libro que
podría titularse fracaso. Seguro que no lo leerían los muy cabritos y, por eso
he de hablar de los vecinos por más que lesione a terceros que compiten en
Regional Preferente.
Sergio Calle Llorens
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