Ya es oficial; el
Unicaja Málaga ha sido excluido de la Euroliga tras 15 temporadas consecutivas
disputando la más grande competición continental. Finalmente, los
tejemanejes del señor Querejeta-
Presidente del club de su ciudad- y la colaboración de ACB, FC Barcelona y Real Madrid dejan fuera a los malagueños. De
nada han servido los méritos deportivos para que Jordi Bertomeu cambiara de parecer. Y a todas estas, la directiva
malagueña calla y, obviamente, quien calla otorga. La expulsión de nuestro club
supone, y de una manera definitiva, un torpedo en la línea de flotación del
futuro deportivo del baloncesto en la
Costa del Sol. A partir de la temporada que viene, tendremos menos dinero
para fichar y el club no será tan atractivo de cara a las contrataciones de
jugadores de renombre. Y es que hablamos
de una década sin poder participar en la máxima competición. Ni siquiera ganando la Euroliga este año, los Celtics de Málaga podrían retornar. Huelga decir que la directiva en bloque debería de dimitir de
inmediato por no haber hecho nada para evitarlo.
Tiemblo de pensar los ríos de tinta que habrían corrido por
la prensa nacional si hubieran sido otros los expulsados. Barrunto tertulias
incendiarias sobre el asunto. Empero, solo hemos tenido al impresentable de “Al Primer Toque” de Onda Cero
afirmando que con la expulsión de los malagueños, la competición gana en
prestigio. En la prensa escrita, un silbante pero llamativo silencio. Bien es
cierto que la asistencia a los partidos de Euroliga había bajado y que,
desgraciadamente, Canal Sur nunca
quiso retransmitir los partidos del equipo- elemento imprescindible para ser
tenido en cuenta- por aquello de que los malagueños solo somos andaluces para
pagar impuestos. Pero también no es menos cierto que la presencia de Unicaja molestaba, y mucho, en varios
lugares de la geografía nacional. Por
eso, ni se ha tenido en cuenta la crisis económica del club de Vitoria- no me
sale de los cojones escribir su nombre igual que los naturales de esas tierras
pagan los impuestos que les sale de ahí mismo-ni sus escasos meritos deportivos
para participar en la Euroliga.
A nosotros, grandes aficionados al baloncesto malagueño,
solo nos queda apretar los puños, lamernos las heridas y volver- ya lo creo que
volveremos- para hacer efectivo ese refrán español que dice; “a todos los cerdos les llega su San Martín”.
Sergio Calle Llorens
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