El “dejad que los
niños se acerquen a mi” de Jesucristo está siendo usado, y de una manera brutal, por
un gran número de sinvergüenzas; desde políticos sin escrúpulos en la carrera
electoral hasta artistas con ganas de seguir en el candelero. En la taifa del
sur es habitual ver a Susana Díaz abrir
el curso electoral, como hacían otros miembros de la secta del capullo, junto a
mocosos en centros que nada tienen que ver con las caracolas de la vergüenza. En
Cataluña, los niños son entrevistados en TV3 sobre la independencia recalcando, una vez sí y otra también,
que los que se oponen son unos fachas de cojones. Por tanto, no creo
equivocarme si digo que una inmensa mayoría está en contra del uso partidista
de los infantes. No obstante, esa coincidencia no se aplica al mundo de la televisión.
El domingo pasado, en realidad ocurre en cada jornada, la Sexta Deportes volvió a ejercer de Real Madrid Televisión mostrando imágenes de jugadores blancos repartiendo
presentes a niños enfermos. Los Ronaldo
y compañía parecen tener siempre una cámara cerca para demostrar cuan ángeles
son. Y no es que yo esté de acuerdo con esas acciones. Es
más, creo que provocan un efecto maravilloso en esos chavales pero las cosas se
hacen de corazón y no esperando probar a la audiencia la bondad de sus almas. En cualquier caso, también hay otros
jugadores de la gran mayoría de equipos que tienen detalles con los más
desfavorecidos de nuestra sociedad sin que nadie registre el acontecimiento. Es
obvio, por tanto, que la única intención de ese canal es dar una imagen
celestial del equipo de sus amores. Por
eso, cuando vi a Keylor Navas
bajándose del autobús para dar un pin a un niño enfermo, haciendo ver que no
había cámara alguna, sentí ganas de vomitar. Esperé, iluso de mí, a que alguien
dijera algo al de Costa Rica pero, todo fueron sonrisas de agradecimiento. Aquel
vómito televisivo dio lugar a un reportaje del Castilla- equipo de segunda B-
que duró más que el del Sevilla 5- Getafe 0, Málaga 2- Deportivo 0 y Granada 1-
Betis 1.
Curiosamente han
ofendido más las fotos de García Ferreras- Ex director de Contenidos y Comunicación
del Real Madrid- cenando con Iñigo Errejón y Pablo Iglesias que los continuos
vídeos de los jugadores de Florentino Pérez posando con niños con problemas,
como si no supiéramos que el marido de Ana
Pastor y compañía hacen una gran labor como responsables de la campaña electoral
de Podemos. Lo de la utilización de
los niños, insisto, forma parte de una operación de propaganda a favor del club
de Concha Espina que me resulta
nauseabunda y que se le escapa a la gran mayoría de sesudos opinadores patrios.
La conclusión es simple; yo no dudo de las facultades como
propagandistas de los hombres y mujeres de la
Sexta pero deberían volver a la Facultad a formarse como periodistas. Los
seguidores del Real lo tienen más difícil, en cambio, para recuperar la
capacidad de raciocinio porque habrían de tornar al útero materno para nacer,
de nuevo, sin la tara mental que supone el ser madridistas.
Sergio Calle Llorens
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