Sentado en mi atalaya mediterránea me ha llegado la noticia de que el
mejor grupo español de Doo Wop de todos los tiempos se ha separado. Les hablo,
como no podía ser de otra manera, de The Earth Angels. Una banda que se formó
en Barcelona de la mano de Christian Carrasco, hijo del segundo batería del
grupo español Los Sirex. El grupo fue creciendo de forma exponencial a su
talento. Especialmente el de Jordi Malló cuya fuerza vocal te hacía viajar a
los mejores años de la música vocal americana.
Con el barcelonés comparto el gusto por ese estilo de música y, al igual
que él, llevo años coleccionando discos de Doo Wop.
Recuerdo el día que los descubrí cantando en una esquina de la Ciudad
Condal, y a capella, esos clásicos del Rock and Roll. Imposible describir en
pocas líneas lo que sentí al escuchar "Those magic changes".
Obviamente los muchachos tenían mucha magia y en Estados Unidos fueron
descubiertos por casualidad por Joe Conroy, un DJ dedicado en cuerpo y alma a preservar
la música estadounidense de la década de los 50. Al parecer, impactado por un
vídeo que habían subido a la red YouTube en 2008 contactó con ellos. Incluso
Carmen Kaye, la presentadora de la emisora de la radio australiana Doo Wop
Corner, los incluyó en su lista mundial de las bandas destacadas del doo wop
actual.
Les aseguro que desde que los oí en Barcelona no ha habido día que no me
haya sentado a escuchar su música. Incluso ahora que me he sentado a escribir
estas líneas, lo hago con The Earth
Angels de fondo. Es curioso pensarlo, pero el poder de esas tonadas es
ciertamente extraordinario. Además es maravilloso constatar como unos
españolitos pueden realizar el milagro de evocar el pasado para endulzar
nuestro presente. No es extraño que la mismísima Kingsley Abbot, experta
periodista en temas musicales de los 50 y 60, dejara escrito la siguiente
alabanza:
Hasta
hace muy poco, The Earth Angels podían encontrarse armonizando en las calles de
Barcelona. Sin embargo, con este álbum debut, se han convertido en una de las
más complacientes y fidedignas colecciones de doo wop moderno que jamás hayamos
oído. Cuentan con tres características principales: selección impecable de
versiones de rarezas, grandes arreglos vocales de fondo con cada uno de sus
miembros abordando un amplio rango de voces, y la atractiva y juvenil voz del
principal vocalista, Jordi Majó.
Estoy convencido de que si el grupo The Earth Angels hubiera existido en
la década de los 80, hubieran vendido millones de discos, pero hoy,
desgraciadamente, apenas queda sitio para esa música comercial tan manida. Un
modelo que bombardean las emisoras musicales. Del resto nadie se ocupa. Empero,
todos aquellos que llevamos tatuado a sangre y fuego en el corazón ese código
rocker, el Doo Wop es una forma de sentirnos vivos. Himnos musicales a los que
unimos aquellas grandes canciones de Sabino Méndez. Un tipo singular que
escribió los mejores himnos de nuestra juventud. Gracias a él y a los que son
como él, el mundo hoy es un lugar con mucho más colorido.
Desconozco las causas por las que los componentes de The Earth Angels
han decidido poner fin a su aventura artística pero, en cualquier caso, espero que
todavía haya gente dispuesta a tomar su testigo para que en las esquinas de
Barcelona se siga escuchando esa bendita música. Ese Doo Wop que hoy está mucho
más huérfano.
Sergio Calle Llorens
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