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miércoles, 12 de noviembre de 2014

VALENTÍA

La noticia en España es que una catalana se ha negado a abrir un colegio público para la patética encuesta de Más. El suceso es que a raíz de su acción no deja de recibir amenazas de muerte del movimiento fascista implantado en esa comunidad. La primicia es que nadie del gobierno de España, y no digamos de la oposición, ha ido a darle un abrazo o unas palabras de ánimo.

Rajoy a lo suyo; a ejercer de gallego. Sánchez, el de las camisas blancas, pidiendo que el Estado se baje los pantalones y negocie con los que no respetan la legalidad vigente. Díaz, con su deje paleto, llamando al consenso y al diálogo. Ese PP acomplejado en manos de Pedro Arriola- inútil donde los haya- y ese PSOE siempre dispuesto a pactar con todos los movimientos que buscan romper España.

La novedad de negarse a agachar la cabeza enlaza con aquella vieja tradición, ya olvidada, de defender a la patria. Sí a la patria, una bella palabra que algunos no han oído nunca de los labios de un padre. Recuerdo a mi abuelo Pedro hablar con orgullo de como sirvió a su país en el ejército. Concepto hoy olvidado. Y cumplió con ese ente político porque, para bien o para mal, lo exigía la ley. Esa que se pasan nuestros políticos por la entrepierna.

En definitiva, lo he dicho siempre, España es un país de héroes anónimos que se levanta cada mañana y trabaja honradamente. Personas que pagan sus impuestos y cumplen con las leyes. Son ellos, representantes de la maldita casta de parásitos inútiles, los que permiten los desmanes de sus respectivos clanes. Esta no es una batalla entre derechas e izquierdas, sino de los de abajo y los de arriba. Un conflicto que se ha de ganar con inteligencia y valentía. Como la de esa catalana cuya valentía me recuerda aquella máxima que siempre repite una amiga romana;


"Una donna bella diventa irresistibile quando non le importa di piacere a nessuno".

Es evidente que esta señora es una heroína que lucha sola ante el peligro. Personalmente la catalana me parece un ser irresistible. Todo lo contrario que esos socialistas catalanes que declaran que estarán siempre al lado del señor Mas. Pues a mí, como no podía ser de otra manera, me tendrá en frente. Con toda seguridad, más solo que la una, pero a un soldado viejo no le asusta lo más mínimo ni la soledad, ni el fragor de la batalla.


Sergio Calle Llorens

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