Querida Susana;
Me he tomado la libertad de escribir estas líneas dirigidas a su persona tras escuchar una entrevista que le hizo a un periodista del Periódico de Cataluña En ella, usted defendía la tesis de ese señor que aseguraba que cada día hay 400 nuevos independentistas en su región.
Mire, no tengo ni idea de como hacen ustedes las mediciones. Sin embargo, durante años cuantificaban Cataluña como un oasis, y hoy sabemos que aquello era un pandilla de delincuentes que se hizo rica envueltos en una bandera. Por ello, no creo equivocarme al afirmar que medir, lo que se dice medir, ustedes son los últimos de la clase. En cualquier caso, no es un secreto que la política educativa catalana está basada en el odio a España y, como podemos constatar, eso tiene unos resultados magníficos para la causa independentista. Deme usted un presupuesto millonario y le aseguro que podré convencer al resto de España que Cataluña no nos conviene.
Y la verdad, comienzo a pensar que es contraproducente tener relaciones con ustedes. No es que no me gusten, es que llega un momento que uno está hasta harto de tanto hecho diferencial falso y tanta matraca identitaria. No se confunda, yo tengo grandes querencias por la cultura catalana y hasta hablo su lengua. Empero, lo que no puede ser es que ustedes quieran un nuevo pacto fiscal que les de más dinero a los catalanes.
Decía usted en su programa que algo se estará haciendo mal desde Madrid cuando sube el número de independentistas. Claro, y todo se arregla con un cupo ecomo el que tienen los vascos que resulta en el que sus Diputaciones tengan más dinero que las que manejan todas las del resto de España juntas. Ni que decir tiene que a eso, muchos no estamos dispuestos.
Por tanto, me gustaría decirle que esto se arregla de la siguiente manera; nos sentamos y dialogamos sobre el coste de su independencia. Una vez acordado el precio que ustedes tienen que abonarnos, organizamos una consulta en toda España en la que yo haré campaña por el sí. De esta forma, nunca más volveremos a tener que sufragar a la industria catalana como durante el franquismo y, mucho menos, que mi provincia malagueña se quede sin tren litoral para financiar una nueva línea del metro de Barcelona. Y le recuerdo que todo divorcio tiene un coste; el suyo estará revestido de fronteras, una moneda diferente al Euro, y estar fuera de la UE- porque no vamos a permitir que ustedes sean del club para que puedan seguir amargándonos la vida- huelga decir que las nuevas generaciones van a estar educadas en el odio a Cataluña, de igual forma que ustedes han sembrado la inquina a España con sus paranoias desde la cuna hasta la puñetera sepultura. En esa nueva situación, usted podrá contar el número de productos que venden sus productos en su otrora nación española. No se apure, serán poquísimos por lo que tendrá tiempo de seguir contando en TV3 violaciones que nunca ocurrieron en la ciudad de Málaga.
Finalmente decirle que a veces, algunas veces, el miedo llama a la puerta, la fe la abre y no hay nadie al otro lado. Yo tengo una fe enorme en que sin Cataluña, seríamos un país mucho mejor. A lo que no estoy dispuesto es que al socaire de una historia inventada y una nación inexistete, ustedes tengan unos privilegios feudales que nos arruinen a todos. Y como miedo no he tenido nunca, la invito a que se vayan con la música a otra parte. Les juro que no les iba a echar de menos.
Aprovecho la ocasión para mandarle un saludo.
Sergio Calle Llorens
No hay comentarios:
Publicar un comentario