También me viene a la memoria Juan Lanzas que tuvo una póliza
millonaria en la empresa malagueña de Hytemasa donde, como imaginan, no trabajó
ni un minuto de su puñetera vida. El
conseguidor obtuvo 177.000 euros. Por su parte, su esposa Patrocinio
Sierra García consiguió ser beneficiaria de otra por valor de 29,5 millones de
euros sin que el usufructo que lleva entre las piernas entrara por las puertas
de aquella compañía que el socialismo sevillano llevó a la más absoluta de las
ruinas. El fraude del empleo ha llegado
a más de 6000 empresas donde esta gentuza ha colocado a sus huestes.
Y como no hablarles de los miles de millones de euros
destinados en Andalucía por la
Junta para crear puestos de trabajo y, tiene cojones, no
crear ninguno. Otro asunto esperpéntico es el fraude en la contratación en el
que se subvencionaba a empresas para contratar a personal con la condición de
que estuvieran en nómina un mínimo de 4 años. Sin embargo, la realidad era que
los despedían pasados los 15 días y haberse embolsado una cantidad millonaria. Fueron
unos 16000 euros por empresa de 3 millones. El 30% de las ayudas terminó en los
bolsillos de unos cuantos.
Las propias asociaciones se han visto beneficiadas de este
fraude masivo que realiza la
Junta de Andalucía. La única condición para poder cobrar las
ayudas es simple; no criticar jamás a los amos. Un ejemplo muy ilustrativo lo
ocupa la Asociación
española de pediatría que, además de ser ciertamente mayoritaria en el sur, no
recibe un euro por criticar los recortes de la Junta. Por el contrario, la
minoritaria Sociedad de Pediatría recibe unos 58.000 euros anuales. Todas estas
asociaciones que están bajo el paraguas del gobierno regional, reciben
prebendas y dinero, mucho dinero y, a cambio, cuando llegan las elecciones los
elegidos se vuelcan apoyando a sus pagadores.
En la época de Chaves se crearon 5000 cargos de libre
designación que vienen a sumar en la lista de amiguismo y politización de una buena
parte del funcionariado andaluz. Incluso hoy Susana Díaz sigue contratando a
todos aquellos socialistas que son apartados momentáneamente por casos de
corrupción. Estamos ante un sector público que funciona como una administración
oculta e inmune al control parlamentario.
Y rescato todos estos
episodios porque ayer contemplé atónito como una mujer insultaba a todo Cristo
en un pleno del ayuntamiento de Cádiz. Al parecer, exige una vivienda y no está
conforme con los servicios sociales de esa localidad que le costean un hostal.
Cuesta creer que nadie le haya explicado a esta señora que, por cierto, tiene
todo el derecho del mundo a pedir vivienda, que las competencias de vivienda las tiene el
cochambroso gobierno andaluz. Ese que de
no gastarse el dinero en sus afiliados, familiares y conocidos, podría crear
VPO y hasta entregar sueldos a estudiantes como hacen en Dinamarca.
Llevo años diciendo que la autonomía andaluza sólo ha
servido para enriquecer a los miembros de la secta del capullo y a sus
familiares. Y eso automáticamente me ha convertido en un enemigo. Acepto
encantado esa denominación pero, obviamente, los andaluces que no saben de qué
va esto, tendrán que aceptar la suya; Panolis. Con vivienda o sin ella.
Sergio Calle Llorens
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