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domingo, 8 de septiembre de 2013

PENSAMIENTOS NOCTURNOS

Hoy voy a empezar a construir la casa donde estaré muchos años. Tendrá muros fuertes y cimientos poderosos. Estará situada en esa gran atalaya desde donde contemplar la mar. Antes he de descolgar todas las fotos que acumulé durante toda la vida. Momentos recogidos y grabados en algún rincón de mi azotea. Sombras del pasado, nostalgias y corazones que dejaron de latir hace tiempo. Pienso en ello mientras medito como el teléfono dejó de sonar. Sencillamente me perdí por esos caminos que embriagan más que el dulce aroma del hogar, o tal vez se perdieron ellos. Tengo cajas repletas de discos, libros y demás objetos que hasta hace nada yo acariciaba feliz. La pared vacía me provoca una sensación de ahogo y salgo para escapar de la nostalgia. Hay polvo por todos lados y me chirrían los huesos.

Me fundo en la oscuridad cuando pienso que esa chica llamada nostalgia lleva demasiado tiempo enredada en mi pelo y en mis manos. Han pasado tantas lunas que mi reina ha colgado su estandarte en su corazón que, sencillamente, es difícil empezar otra vez. No puedo estar sin ella y, a pesar de ello, estoy decidido a abandonarla y comenzar de nuevo. Ahora estoy esperando a que vengan a buscarme pero seguro que, aunque lo intenten, no me encontrarán jamás. Además, ella no querrá dejarme tan fácilmente. Incluso me ha prometido estar presente el día en el que desembarqué, por fin, en la Isla de los Naufragios. A pesar de todo, no quiero que me acompañe a mi nueva morada con alma de castillo. Tal vez si yo pudiera rodearla de niebla que me ocultara de ella, ésta no encontraría la manera de llegar a mi lado.


Estoy exhausto de ver sombras pretéritas.  Quiero probar nuevas confituras de melocotón y albaricoque. Besar otros labios que me abriguen el alma. Dejarme llevar hasta que la marea suba y me lleve al fondo, pero hasta ese momento quiero contemplar la luna y sentir como aquel joven que fui. Sí, quiero construir un nuevo lugar  en el que pasar el resto de mi vida. Veo, de nuevo, las lucecitas del pueblo parpadeando en la niebla. Suspiro porque esta noche no es el bosque el que me habla, sino mí corazón que sangra por ser el más solitario de los hombres. Los rayos de plata de luna bañan mi cuerpo, me quito la ropa y me sumerjo en las frías aguas del riachuelo. Estoy vivo, pienso, mientras la lechuza emite un sonido de protesta por haber violado sus zonas querenciosas. Le pido disculpas a la rapaz y continuo más arriba consciente de que encontrar mi lugar en el mundo me va a llevar un tiempo del que no dispongo. Me sumerjo en el agua con los pulmones llenos de aire, el mismo que voy a necesitar para culminar mi obra. 

Sergio Calle Llorens

5 comentarios:

  1. Amigo, no des vueltas al pasado, pues no lo puedes cambiar,que no te abobie el futuro, pues no sabes si llegará, disfruta del presente, no lo dejes escapar, porque cuando se vaya, jamás volverá. Es un consejito que hace mucho me dieron, disfruta y se feliz.

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  2. Impresionante blog con una firma fina muy crítica llena de sorpresas agradables. Lydía Alcantara.

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  3. Me cuentan lo bien que te van las ventas de tu libro. Eres un genio de veras. Besos de carolina.

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  4. Saludos
    Te veo muy nostálgico, haces bien en escribir tu historia: Es una forma de quitarse de encima el pasado, lo importantes es dejar en el pasado momentos de la vida que ya se han acabado.
    Empezar a vivir una nueva realidad llena de ilusiones y proyectos.
    Suerte!!

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