LA DEFENSA

Resulta paradójico que la Juez Alaya tenga que pedir recursos para reforzar la investigación a los responsables del caso de los ERE fraudulentos que le niegan, una y otra vez,  y por razones obvias, esos refuerzos que podrían llevarles a ellos a prisión. También es contradictorio que la Junta de Andalucía se persone en acusación particular en el mayor robo cometido a los parados en España y, al mismo tiempo, se haga cargo de la defensa de los altos cargos del ente autonómico imputados en el caso. Apenas queda decir que estamos en la República Bananera de Andalucía, tierra donde la esquizofrenia no es una enfermedad mental sino una forma de gobernar plenamente aceptada por la turba.

Cuando el portavoz del Gobierno de Griñán explicaban en un comunicado, respecto a sus declaraciones en la rueda de prensa posterior al Consejo de Desgobierno, que se había limitado a recordar la existencia de una normal que regular la asistencia jurídica a las “autoridades y personal al servicio de la Administración de la Junta de Andalucía”, se estaba refiriendo al Decreto 450/2000 que protege a los suyos. Lo que no explicaba es como es posible que la región más pobre de España se vaya a hacer cargo del coste de la acusación particular y, de la defensa de aquellos que lo soliciten en el asunto de los ERE. Estamos, señoras y señores, ante un caso único en la historia de la jurisprudencia mundial. Un nuevo capítulo de Andalucía; sucesos para anormales. Y, lo peor, es que no se puede hacer nada porque la ley que ellos han muñido, les ampara.

No creo equivocarme al afirmar que la Junta actúa con menos dignidad que la mafia siciliana. Al menos, en Italia esa pandilla de criminales se defiende con su ilícito dinero pero no acude a las arcas públicas como hace esta pandilla de cuatreros de Sierra Nevada.

Y mientras la Junta se gasta el dinero para defender a los que nos roban, pretende cerrar 500 camas hospitalarias en Málaga en el período que va del 15 de julio al 15 de septiembre. Tiempo en el que la provincia malagueña recibe a más de 6 millones de turistas. Ahorra en camas de su gran sanidad pública y lo invierte en defensa de imputados o en mamparas en su sede “bioclimática en la Cartuja”. Un edificio que albergará algún siglo de éstos a la Agencia IDEA. La cantidad no es baladí, pues se eleva a 146.000 euros. Al menos esta vez no han mandado el dinero para limpiar los cauces de un río en el Magreb.

El gobierno andaluz es incompatible con la palabra inteligencia. A cada paso, a cada acción demuestra que lo forma una pandilla de cretinos. Puede que el término venga de Creta que derivó al latín y de ahí a otros idiomas europeos, pero en la actualidad, hace alusión al mayor monumento a la idiocia que inventó el género humano; la Junta de Andalucía.

Tan incompatible es el intelecto con Andalucía como lo es que el director del Instituto de Medicina Legal y Forense de Málaga, José María Caba, derivara cadáveres a una empresa de prácticas tanatológicas participada por su esposa. Cosas que pasan en la taifa del sur donde huele a muerto y apesta a putrefacción. Ya sólo queda que los entierros de todos esos cadáveres vayan también a cargo del contribuyente.

Por eso, la próxima vez que ustedes estén tentados de sentirse orgullosos de ser andaluces, piensen en todo lo que aquí les dejo escrito. Reflexionen y, si el cerebro todavía les funciona, estarán de acuerdo que ser andaluz es lo peor que te puede pasar en este puñetero mundo.

¡Muchas gracias y buenas tardes!

Sergio Calle Llorens