Aznar demostraba su españolidad en Marbella con una gran bandera nacional y, como no, marcando abdominales. No estoy en contra de ninguna de las dos cosas pero, por supuesto, tras escucharle en la promoción de sus memorias, me gustaría comentar ciertas cosas que el presidente parece haber olvidado.
Para empezar habría que recordarle que durante su mandato podría haber cambiado la ley electoral y no lo hizo. Lo que sí hizo es defenestrar a Vidal-Quadras por petición de Jordi Pujol. Eran los años en los que hablaba catalán en la intimidad. Tiempo después, entró en vigor
Dejemos el pasado y volvamos al presente más rabioso. Aznar y su fundación- FAES- establece como principio fundamental lo siguiente: “Las economías con presupuestos equilibrados, impuestos reducidos, gasto público racionalizado y regidas por el principio de mínima intervención pública producen mejores resultados sociales y son más respetuosos con las libertades individuales”. Sin embargo, el principio de los Collons no implica que esa misma fundación reciba, un cuarto de hora más tarde, 532.000 euros del Plan Director del Ministerio de Exteriores para la cooperación española destinada a los países en desarrollo. La Fundación Pablo Iglesias obtiene 240.00 euros. También obtienen subvenciones las fundaciones regionales y, se estrena la fundación del partido que voté en las últimas elecciones; Progreso y Democracia.
El objetivo de las subvenciones son las actividades de estudio y desarrollo del pensamiento político, social y cultural. Una forma, como otra cualquiera, de vivir del cuento que pagamos los sufridos ciudadanos. Obviamente, Aznar olvida el pasado y se hace el sueco en el presente en cuanto a los principios liberales que dice defender en España. Por eso, pediría que en el segundo volumen de sus memorias, posara junto a la bandera de la República bananera- perdón bolivariana, de Venezuela.
Sergio Calle Llorens
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