Como ustedes saben, las cajas de ahorros han sido el
instrumento político de los partidos para sus negocios
sucios. Andalucía no es una excepción en este sentido. Algunas, incluso, han patrocinado a
equipos deportivos como es el caso de Cajasol de Sevilla, colista de la liga
Endesa con un solo triunfo en once jornadas de la presente campaña. Paupérrimos resultados para una
afición que jamás entendió el deporte de la canasta.
La absorción de la caja sevillana por parte de CaixaBank
viene a complicar las cosas, pues sus dirigentes no quieren hacer el panoli
patrocinando a una escuadra que pierde dinero cada año. Hace semanas se
sentaron a analizar con detalle los números de los dirigentes de San Pablo y,
como no podía ser de otra manera, se echaron las manos a la cabeza. Los directivos
de la entidad catalana no ven ninguna rentabilidad a la cantidad desembolsada
esta temporada, al comprobar las partidas mínimas que se integran en concepto
de abonos y taquillas. Los resultados vienen a decirnos que ir al baloncesto en
Sevilla es una actividad lúdica para una minoría ilustrada. El resto, más que
les pese a muchos, tiene el mismo interés por el basket como por la apertura de un
museo de arte contemporáneo a la orillita del Guadalquivir; es decir, nulo.
Ante la realidad, los gestores de CaixaBank analizan como y
cuando retirar el patrocinio la próxima temporada. Pero si la situación económica
y deportiva del club sevillano es ciertamente difícil, también lo es la figura
de Leonardo Chaves. Y es que a los catalanes no les convence ni la aptitud
profesional, ni su parentesco con Manolito Chaves. También en el
club su presencia levanta recelos, algunos piden abiertamente su cese inmediato. Argumentan
que da una mala imagen al club y que, desgraciadamente, es tan inútil como la
primera rebanada del pan Bimbo que, ay ay, también es catalana.
Mientras Sevilla sufre en el basket, Málaga tiene en el
Baloncesto Málaga a uno de sus referentes. Ficharon al mejor entrenador de
Europa. Soltaron lastre de jugadores muy queridos pero desfasados y, los
resultados han comenzado a llegar. Lideres
de la liga europea de baloncesto ha vuelto a recuperar el orgullo y sus
aficionados se identifican con esa manera de jugar que, como saben, es nuestra manera de entender la vida. Jugadores que defienden hasta la
extenuación. Orgullo de la clase trabajadora malagueña que con esfuerzo y
dedicación llegaron a ser campeones en España y en Europa. Una filosofía nacida
de la unión del colegio de los Maristas del coqueto barrio de la Victoria y, por supuesto,
del viejo Ciudad Jardín cuyo paseo era la autopista hacia el cielo de la marea
verde.
En el baloncesto malagueño no hay excusas por la derrota, ni
malos gestos hacia los contrarios. La vida en una pelota. Una parada cardiaca
en la línea de 6,75. Vencer o morir intentándolo. El estilo Old School que
busca líderes que hagan realidad aquello de sí, perdemos de veinte pero hasta
el final vamos a intentar volver y hacer sudar sangre al contrario. Recientemente
la victoria de Unicaja Málaga en Israel contra el todopoderoso Maccabi de Tel
Avit, nos hizo tocar el cielo a los aficionados de los Celtics de Málaga. Fue,
como no podía ser de otra manera, en la
Mano de Elías.
Humildad, arrojo, esfuerzo colectivo y afán de superación
conforman el ADN de la tribu que vive acampada en el Martín Carpena. La magia
ha vuelto y aunque los resultados tarden algo en hacerse realidad, este equipo
hará de nuevo historia. Será en la temporada en la que Canal Sur televisión no
quiso retransmitir los partidos del
Unicaja en la Euroliga ,
un asunto que a punto estuvo de costarnos la plaza ganada en la cancha. Pero
debe de existir una justicia divina allí arriba porque estoy convencido de que
Dios bendice siempre a los valientes. Y los chicos de verde lo son, y mucho. Lástima
que esa valentía le abandonara, como el desodorante, a uno de los nuestros, Martín Urbano, ex entrenador
Cajista que perdía el traserillo como locutor del canal sevillano; ahora un
guiño a los rivales y más tarde una oda a Leonardo Chaves al que
responsabilizaba directamente de todas las victorias del Cajasol. Y todo por unos míseros
eurillos de nada. A todos ellos hay que decirles que Málaga siempre vuelve
cuando hay una pelota de baloncesto de por medio. Y sí, no nos miren así, somos
malagueños y ni damos ni pedimos cuartel. Algo que ya deberían saber en el
conjunto sevillano del FRACASOL. Cuestión de orgullo mediterráneo.
Sergio Calle Llorens
Reconforta muchísimo leer tu prosa valiente y descarnada. Eres el puto crack y escribes de puta madre. Luisa
ResponderEliminarDon Sergio me pones los pelos de punta cuando escribes así. VIVA EL UNICAJA MÁLAGA
ResponderEliminarSin duda tienes más razón que un santo, ojalá los vendidos articulistas de la prensa malagueña vendida a la Junta escribieran como tú pero para eso hay que tenerlos muy bien puestos.
ResponderEliminarRAYYA TE NECESITA. VEN A NOSOTROS.
ResponderEliminarGracias amigo.
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