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martes, 13 de marzo de 2012

¡VIVAN LAS CAENAS!


No sé quien dijo en cierta ocasión que para hacer reír a Dios, sólo tienes que contarle tus planes. Estoy seguro de que en mi caso, todavía no ha parado de dar carcajadas desde que le comenté que iba a luchar contra el régimen socialista en Andalucía. Fue a la muerte de un familiar cuando escuché aquella frase de Felipe González; “Nosotros los socialistas podremos meter la pata, pero jamás meteremos la mano en la caja, eso nunca, un verdadero socialista jamás meterá la mano en la lata. Coño, es que un poco más y atracan el Banco de España. Aquella decisión me ha llevado a situaciones desagradables, incluso a que se me cierren ciertas puertas profesionales. Cuando pienso en ello, puedo imaginar al todopoderoso partido de risa en compañía de los ángeles del cielo.



Pero no me quejo, porque simplemente pertenezco a una minoría de personas que trata de cultivarse para aprender los secretos de la vida y los entresijos del poder. Ese que ha llevado a Andalucía al desastre. En la cloaca andaluza, son los socialistas los que triunfan y dirigen, mientras unos pocos tratamos de hacernos un hueco en una sociedad que nos desprecia. Porque contemplar la luna y las estrellas en vez de pasar la noche ideando formas de robar al prójimo es de gente rara. Yo prefiero, ya les digo, observar el cielo infinito donde todo parece tan perfecto y a la vez tan irreal. Y mientras alzo la mirada, escucho a las espumantes olas romper contra el oleaje de mi patria salada. Una sensación tremenda que me aleja de la perfidia del cochambroso enemigo por unas horas.



Desgraciadamente los andaluces prefieren el dinero fácil al trabajo bien hecho, el escaqueo al compromiso firme, las carreteras de la corrupción a los bosques llenos de árboles con sus ramas del conocimiento. Unos árboles que crecen buscando la perfección como antaño pensaban los celtas. Ya nadie detenerse ante un fuego a escuchar historias sabias y milenarias. Su progreso se fundamenta en las tropelías y en los chanchullos que apagan los grupos de opinión y manipulación que controla el PSOE.



Ante esta situación en la que se cercena el derecho a la libertad de expresión, mediante el uso corrupto de los medios, el andaluz vuelve a mirar para otro lado cuando no entona de nuevo el grito de “Vivan las caenas”. Han pasado 200 años desde la promulgación de la Constitución de 1812, pero en muchos sentidos, la mentalidad colectiva del pueblo andaluz sigue amarrada al noray del miedo a cualquier cambio que amenace el pesebre de su señor. Otrora Fernando VII, hoy los Griñán y Zarrías. Como heredero sentimental de los liberales españoles que sufrieron persecuciones y exilio, hoy puedo afirmar que he luchado con todas las armas a mi alcance contra el poder absolutista del siglo XXI, encarnado por el régimen socialista. No importa que Dios se ría de mí por haber hecho de esta lucha, mi caballo de batalla. Simplemente he cumplido con mi deber.




Puede que el 25 de marzo, los andaluces vuelvan a gritar “Vivan las Caenas”. Si es así, ya nada ni nadie podrán salvarles de la quema. Porque si después de todo la corrupción existente y la metástasis del paro no son razones suficientes para cambiar de opción política, los socialistas profundizarán en su latrocinio institucionalizado. Que no vengan después a pedir solidaridad y un trato justo para Andalucía, porque yo probablemente no les vaya a ayudar. Hasta ahí podríamos llegar. He hecho, créanme, todo lo que estaba en mi mano para convencerles del horror del socialismo. Así que nadie podrá afearme mi postura. Al fin y al cabo, yo he arriesgado hacienda y algunas cosas más. Sin miedo alguno.




Y hablando de temores, el miedo a perder de los socialistas se asemeja al miedo a morir en un accidente aéreo. Los del capullo ven estar fuera del poder como la muerte misma. Yo, en cambio, tengo cierto reparo a sobrevivir al accidente aéreo porque seguro que algún imbécil me reprocharía no haber hecho demasiado para salvar al resto del pasaje. Cosas de mi vida. Pero si Andalucía decide estrellarse, que lo haga sin un servidor. No hace falta que les recuerde que siete gatos son una vida, y que aún me quedan algunos arañazos que dar por ahí. En todo este tiempo, perdonen la falta de molestias, he leído más libros que un bibliotecario- socialista se entiende- y he mojado el churro más que un churrero. Y me iré ,definitivamente de aquí, como llegué; por cesárea.



¡Viva la Pepa!



Sergio Calle Llorens

2 comentarios:

  1. Alsina, me quito el sombrero ante este artículo. SOMBRERAZO.

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  2. SOY LIBERAL Y TE DEJO ESTE ESCRITO:

    Reivindicamos y hemos hecho un liberalismo de acera. De campus y chat. Nos gustaba y nos gusta un europeo ejemplar: Marco Pannella. Titán del liberalismo radical. Allí donde estemos cada uno de nosotros, sea cual sea nuestra nueva afiliación política, esa será nuestra referencia política y moral. En los partidos políticos o en la sociedad civil. Desde nuestros blogs o en la lucha política de partido. Entre el posibilismo y los principios irrenunciables. Desde un saludable reformismo gradualista que ahonde en la defensa de nuestras ideas (limitación del poder de los partidos y del Estado, libertad individual/ antiprohibicionismo, libre comercio, oportunidades vitales, Derechos Humanos, libertad de expresión, separación Estado-Religión…).

    Para nosotros algunos principios son innegociables, la estrategia electoral o partidista y las etiquetas son, en cambio, sustantivas de cambios. Somos como nuestros amigos “radicali” unos anglosajones que hacemos política en el Mediterráneo. Unos tipos raros, implacables en la defensa de la heterodoxia liberal en un país de ciudadanos sometidos. La tragedia de los liberales españoles es que los dos grandes bloques políticos (PP y PSOE) son prisioneros de la vieja política piramidal, heredera directa del caciquismo y la defensa de los intereses oligárquicos y reaccionarios. Modificar el status quo conservador (PP y PSOE) es también tarea de aquellos liberales que han decidido apostar por cambiar el modelo desde dentro, afiliándose a estos partidos. Ardua tarea que nos merece respeto y consideración.

    Juventudes Liberales, como tal, ha decidido, en cambio, apostar por el proyecto de la UPyD. Creemos que en las actuales circunstancias la Tercera España debe arrimar el hombro, relegando maximalismos ideológicos y celos identitarios (etiquetas, siglas, espacios sin opción real) para que la opción transversal (de la izquierda de Euston al liberalismo progresista) que combate la agresión liberticida de los nacionalistas, o de la influencia de los nacionalistas como partido bisagra, sea fecunda.
    No es la hora de los numantinos, es la hora de los españoles cosmopolitas y progresistas. En las próximas elecciones (gallegas, vascas y europeas) puede y debe consolidarse el proyecto político de la UPyD. El tiempo dirá y juzgará, pero a nosotros nadie nos reclamará que miramos para otro lado cuando un partido europeo, español, laico, liberal y progresista podía consolidarse como partido corrector del grisáceo mapa político español.
    Nos queda reconocer el impulso original de Ciutadans, que sigue enarbolando en Cataluña la bandera de la ciudadanía postnacionalista. Ni nacionalistas catalanes, ni nacionalistas españoles. Como debe ser.

    Por último enviamos un afectuoso saludo a todos aquellos amigos liberales-libertarios (liberistas) que no comparten nuestra decisión de disolvernos, y apoyar a la UPyD. Es bueno que haya liberales en la reserva política y siempre prestos a sacar el aguijón del inconformismo libertario. Desde los blogs, las redes sociales o colaborando en función de iniciativas concretas desde una estrategia transversal. Seguiremos juntos. Cada uno desde su libertad individual. Valor frente al desvalor.

    VIVA LA PEPA.

    GRANDE EL BLOG. UNO DE UPD

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