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lunes, 19 de septiembre de 2011

EL JUEGO DE LA OCA




No creo que sean muchos los que desconozcan el juego de la oca, aunque la mayoría juegue sin ser muy consciente de lo que hace. La paternidad del juego se le atribuye a un griego llamado Palamedes, algo así como el de los dedos palmeados. Según cuentan las crónicas, la oca era una imagen de los antepasados heperbóreos que realizaban cada año el viaje hacia las tierras del Norte. Pero vayamos al juego en sí, que consta de 63 casillas ( 7 series de 9) Estas dos cifras son la base del juego: 7 es el número de las puertas que hay que atravesar antes de alcanzar la vida eterna. En cuanto al 9, es la cifra de la realización completa del espíritu, y por tanto el de Venus. Cada 9 casillas encontramos una oca en la espiral del juego. En todas ellas nos topamos con figuras parlantes: La hospedería, el puente de paso, la prisión que encierra nuestros deseos materiales, el laberinto y el pozo- que está a medio camino del recorrido- y finalmente la muerte. El que cae en la casilla 58 (5+8=13) tiene que regresar al punto de partida y comenzar de nuevo todo el recorrido. Así, el que no ha sabido alcanzar la vida del espíritu antes de morir, debe reencarnarse. Pero el que ha sabido nacer a la vida del espíritu supera la muerte a la que tan sólo cinco casillas separan de la meta final. El número 5, que es la cifra de la realización y del perfeccionamiento humanos, caro a los cátaros y a lo pitagóricos.


Por ello, debemos de tener cuidado de tomar estos juegos por simples pasatiempos. La oca conduce a la muerte, pero a la muerte superada, a la resurrección espiritual. Es un animal de agua, de tierra, y de aire, permitiendo el paso de un plano a otro, de ahí de su importancia. Por si fuera poco el simbolismo de su pata palmeada es universal y lo encontramos en muchas culturas. La forma de la pata de Oca está relacionada con la concha de Santiago, y, al igual que ella, toma el nombre de Mérelle- Venera, esa mérelle está ligada al juego de la Rayuela, camino del paraíso. Sin duda, el juego de la oca es mucho más apasionante que lo que la mayoría podría pensar a primera vista.



Sergio Calle Llorens

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