MIS CRÍTICAS

Cuando uno camina por el peligroso desfiladero de la crítica, es normal recibir golpes a diario. No seré yo el que se queje de ello. Al fin y al cabo yo reparto mandobles dialécticos cada día y no puedo tolerarme tener la mandíbula de mantequilla. Sin embargo, para que se hagan una idea de lo que tengo que soportar por escribir, les voy a dar una pequeña muestra. Uno de mis primeros trabajos fue un trabajo de investigación sobre un nazi que podría estar escondido en Málaga. Les hablo de Aribert Reim. Aquello me valió estar en el punto de mira de grupos Ultras que un día sí ,y otro también, me amenazaban de muerte. Luego llegó un artículo sobre el Papa de Roma que casi acaba con mi ex comunión. Sin embargo, esta turba incontrolada dejó de acordarse de mí al comenzar mis escritos sobre los socialistas y la corrupción existente en la Junta de Andalucía. Sin embargo, estos trabajos me pusieron en el punto de mira de la gente de izquierda. Personajes cuya profesión reconocida es la de tasadores de fachas. Son ellos, los que pueden darte el certificado de limpieza de sangre. Aquello fue respondido por mi parte con un trabajo sobre destacados miembros del PSOE andaluz con vínculos con el régimen franquista. Aquello motivó que yo no pudiera ni escribir comentarios en algunos de sus medios oficiales. Especialmente en uno que pasó en 20 años de falangista a socialista. ¿Me siguen? Pasó el tiempo y creé un medio digital arriesgando mi dinero y mi tiempo. Un medio que ha desvelado las desvergüenzas de la candidata socialista a la alcaldía malagueña. Todo se ha saldado con ataques informáticos a la revista, amenazas directas y la supresión de mi blog anterior. En la República Bananera de Andalucía no se admiten críticas. Una Andalucía donde la pereza es la madre de todos los vicios, y como madre andaluza, hay que respetarla. ¡Olé Mi Arma!



También me han llovido las críticas por reconocer que hablo catalán públicamente- y no como el del bigote- y por tener querencia por esa tierra. Para ellos, soy un separatista peligroso que hay que eliminar. No entienden, que los separatistas y los separadores llevan el mismo collar y chupan del mismo hueso. Allá ellos. Con todo lo que les cuento, quiero decirles que nunca me ha importado ni la crítica, ni las amenazas. Lo que sí me molesta es que se me coloque pertenencia a un partido político. Yo voto a UPD, pero no soy miembro. Lo escribo con la esperanza de que dejen de torturarme con eso ¿Queda claro? También quiero añadir que estoy literalmente hasta las pelotas a que la gente me saque a sus abuelos a pasear cada vez que critico a la izquierda andaluza que fomenta la tiranía de la estupidez. Una izquierda lerda, atocinada y que se mueve como una secta para seguir viviendo de la sopa boba. Portavoces todos ellos del credo de la ignorancia y del evangelio de la envidia. Y si les critico a ellos más y los llamo por su nombre se debe al hecho de llevar 30 putos años en el gobierno con la connivencia de los medios de comunicación y de una sociedad civil paleta y comprada a través de las subvenciones. Por eso, aquí y ahora quiero dejar escrito que fue una pena que la cigüeña que traía a María Gámez y a Manuel Chaves no se hubiera estrellado por el camino. Ahora pueden seguir criticándome.

Sergio Calle Llorens