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lunes, 2 de mayo de 2011

EL ACENTO

Ya saben los seguidores de mi blog, que el patriotismo andaluz no es mi fuerte, y que Andalucía y yo somos materialmente incompatibles. Sin embargo hoy me siento obligado a defender el acento andaluz. Verán cuando un botarate del PP de Madrid atacaba a Trinidad Jiménez por su forma de hablar - más propio de Vélez Málaga o Dos Hermanas,lo que la incapacitaba para gobernar en la capital del Reino, supe inmediatamente que el PSOE andaluz iba a aprovechar el asunto para sacar rédito político. Faltaría más. Así, todos se hicieron los ofendidos, y hasta en Vélez han declarado al personaje de la frase idiota Persona Non Grata. La verdad es que se lo habían puesto a huevos a los socialistas, cuyo único deseo es mantenerse en el poder a toda costa. Un socialismo que no debate y que basa su éxito electoral en la criminalización del rival político y en su enorme red clientelar. Un partido que gobierna la taifa del sur sin ningún aval que presentar a sus gobernados. Y claro, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, los socialistas se lanzaron al abordaje de la nave popular armados hasta los dientes. Antes fue el submarino nuclear, la deuda histérica, el desagravio a Andalucía, y ahora el acento. A las barricadas, dijeron en Sevilla y maricón el último. Que las elecciones están a caer y ahí fuera, sin el paraguas de la Junta, hace mucho frío.

Ni que decir tiene que el autor de la desafortunada parece más sacado de una ciudad pueblerina y cateta como Sevilla, que de la abierta y moderna Madrid, donde, por cierto, se acepta a todo el mundo. Porque decir que el andaluz está incapacitado para gobernar su tierra, por hablar con deje andaluz, es una idiotez sin precedentes. El español del sur es rico desde cualquier punto de vista, y sólo un imbécil puede afirmar que una forma de hablar es superior a otra. Además la riqueza lingüística y fonética del español del sur es reconocida por cualquier filólogo de prestigio. Por no hablar de la influencia del español meridional en el español americano.

De cualquier forma, Trinidad Jiménez es la única que no ha querido hacer sangre de su adversario popular. La pobre tiene bastante en lidiar con las primarias, cuando ya se veía como la Reina de los madriles. Y debe ser duro, con todo el trabajo que le ha costado llegar a ministra, que el patético de ZP la haya elegido como candidata en la batalla de Madrid. Ella, que siempre tuvo largas miras, aunque sea algo cortita, se debe estar preguntando qué ha hecho para merecer esto. La respuesta es muy simple: Ser mujer, mona, andaluza y nada brillante. Es decir, la esencia del zapaterismo.

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