lunes, 11 de diciembre de 2017

AL ATARDECER


Volvía con el corazón galopante en la declinación ideal de la tarde con un levante donde se encendían las primeras luces, y un poniente de intenso bermejo, cuando oí el canto de un búho que me aleja siempre de las interferencias fastidiosas y sobrantes del ser humano. Me detuve a contemplar la estampa marina  sacando mi cámara fotográfica para inmortalizar esa locura de belleza.

 La verdad es que prefiero el crepúsculo al amanecer. Tal vez sea por mi querencia a la delicadeza que supone no interrumpir los negocios matutinos de los demás. Bien mirado, el atardecer, y más si contemplas al mediterráneo desde una montaña, encierra todas las virtudes que ansío tener. Entonces  la bocina de un barco  me hizo recordar a mi amigo Sergio el Marbellero - gracias por tu presencia en el FNAC de Marbella para la presentación de mi novela- que se encuentra surcando las aguas de mi amada Denia- seguí caminando entre dos luces que recortaban la silueta de los árboles cuyas ramas se movían lentamente. Luego comencé a recordar mi primera mini gira para la puesta en escena de mi última novela; La Sociedad económica amigos del país, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad malagueña, los FNACS y pronto, muy pronto, la Casa del Libro. Además, mis intervenciones en Radio Nacional de España, Onda Azul y Cadena Ser , lo de la tele, las entrevistas en periódicos como Diario Sur, la Opinión de Málaga y las reseñas en publicaciones como Aula Magna, Foro Libros y la Fundación Cánovas.  Meses y años de trabajo que por fin van dando sus buenos frutos.

Si mi presencia matinal entre los otros es siempre farragosa y desagradable, tener un público aparentemente atento a mis disertaciones literarias solo alimenta mi vanidad de escribidor. Para contrarrestar ese estúpido sentimiento, solo tengo que recordar el ridículo que realicé con motivo del Premio de mejor Librería Cultural de España a Proteo y Prometeo, en los que diserté sobre la relación entre Literatura y alcohol. Todavía resuenan, y en todos los rincones del universo, las carcajadas de Juan Miguel de los Ríos-  Finalista Premio Planeta 2016 que presentó mi Guardián del Cementerio en el FNAC de Málaga-Pablo Aranda, autor divertidísimo y ampliamente premiado, por no hablar de las simpáticas presentadoras del espacio radiofónico. También es bueno, para alejar ese palo de la arrogancia, contemplar las luces que se funden desmayadas sobre las tierras al lado de mi patria salada.

 Como Montaigue, entiendo, o creo entender, la insignificante posición que tenemos los seres humanos respecto al planeta tierra. Reflexionaba allá arriba mientras me dejaba atrapar por la oscuridad infinita que iba arribando a mis montes. Entonces, y solo entonces, decidí descender hacia mi aldea que seguía suspendida entre la bóveda celestial y la mar que nunca me falla. Sonaron las campanas de la Ermita por las almas de nuestros marineros muertos que, de alguna manera, viven en las páginas de mis novelas. Y avancé confiado hasta que llegó la noche, y con ella, la lluvia que limpió mi alma de dolores pretéritos. Me arrodillé bajo el líquido elemento para elevar al cielo una vieja plegaria provenzal. La oración perfecta para agradecer todo lo que se me ha dado que, como pueden entender, no es poco. 


Sergio Calle Llorens

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