jueves, 13 de julio de 2017

LA INQUISICIÓN

Buscar algo semejante a la verdad es un ejercicio arduo. En cambio, compartirla con el mundo es, aunque algo traumático, tan revolucionario como los primeros acordes de un Rock and Roll canónico. El público, en general, no quiere salir de su zona de confort y se esconde detrás de aquellos que usamos la pluma como si fuera una espada. Para ellos he escrito, y hoy vuelvo a escribirlo, que no todos los que tienen Twitter son unos tarados pero todos los tarados están en Twitter. También he dejado grabado que no todos los musulmanes son terroristas ,pero en los últimos años  todos los terroristas son musulmanes.  Hoy añadiré que no todos los curas católicos son unos pederastas, pero la mayoría de los pederastas en las iglesias cristianas son católicos.  Denunciar estas perogrulladas, además de  constituir un acto de rebeldía, es una descripción de la realidad circundante. Nada más. No intenten matar al mensajero.

Sin embargo hoy son muchos los que quieren secar nuestra tinta cuando no les gusta aquello que escribimos o pintamos. Para lograrlo  los creyentes de la corrección política cuentan con el apoyo de la judicatura. Por eso a unas mujeres de Sevilla se les ha abierto juicio oral por haber protagonizado “la Procesión del Coño Insumiso”. He de decir que no espero nunca nada bueno de una ciudad en la que se llegó, incluso, a prohibir el teatro en el pasado. No obstante que un grupo de abogados cristianos- responsables de la querella por ofender sentimientos religiosos- se las haga pasar canutas a unas personas irreverentes se me antoja demasiado castigo. Especialmente cuando una sentencia condenatoria abriría la puerta a que los herederos de Mahoma comenzaran a denunciarnos por ofensas a su falso profeta. El caso del himen rebelde me recuerda al estreno de la película de La Última Tentación de Cristo de Martin Scorsese cuyo estreno fue precedida por protestas y amenazas de grupos ultras. Protestas que también se dieron con aquella película de los Monty Pyton que, como todos saben, era La Vida de Brian y punto.

El CAC- Centro de Arte Contemporáneo de Málaga- ha sido denunciado  por una sociedad animalista por exhibir unos cuadros de temática zoofílica. Desconozco si el artista jienense, autor de esas pinturas, se ponía cachondo cuando inmortalizaba esas prácticas sexuales, muy extendida por otra parte en algunos países musulmanes o, por el contrario su obra es el intento de escapar del tedio de una provincia tan aburrida como Jaén. En cualquier caso, que los amantes de los animales no incluyan la zoofilia entre sus perversiones no es motivo suficiente para ponerle puertas a los campos de la creación artística. Y es que, al contrario de lo que piensan los Torquemadas de turno, en el arte vale todo.

Sorprende, y mucho, que  los caballos  negros de la inquisición  vuelvan a cabalgar desbocados en esta centuria tan incierta. Y todo ante el aplauso general de los que, ayer como hoy, van gustosos a presenciar cómo se quema a alguien en un auto de fe.

¡Darwin se equivocaba, que evolución ni que niño muerto!


Sergio Calle Llorens

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