sábado, 30 de agosto de 2014

CARTA AL SEÑOR LLAMAZARES


Estimado Sr Llamazares

Soy miembro de la plataforma Red de Blogs de la que usted ha afirmado que es un nido de nostálgicos del franquismo, anticomunista y con querencias por el sionismo. Verá yo no soy el portavoz de ese soporte y, en realidad, sólo me represento a mí mismo. Por ello, quiero dejar claro que este mensaje epistolar es exlusivamente mío.

Verá; personalmente yo no soy un nostálgico de Tito Paco porque cuando murió yo era una tierna criatura. Por otra parte, no he sido yo nunca muy de dictaduras. Políticamente me considero liberal, ya sabe; esa minoría que piensa que los demás pueden estar en lo cierto y uno ser el equivocado. Los liberales, no lo digo yo sino la historia, quedamos muy bien ante un pelotón de fusilamiento. Vaya al Prado a contemplar el cuadro de Gisbert en el que Torrijos y los suyos son preparados para ser ajusticiados en una playa malagueña. Tal vez entonces sepa de lo que le hablo.

En cuanto a lo de las querencias sionistas comentarle que tengo sangre hebrea y, obviamente, no tengo ganas de darme una última ducha en  una cámara de gas. Además estoy convencido de que Israel es lo que impide que nuestra civilización caiga en manos de los bárbaros. Dicho de otra manera, uno puede ser judío pero no tener ningún interés en terminar jodido. Su versión excesivamente simplificada del tema de Oriente Próximo ruborizaría a cualquiera que tenga dos dedos de frente. A veces le leo echando espuma por la boca por las muertes en Palestina pero olvida, un día sí y otra también, las matanzas de los cristianos a manos de musulmanes. Mire, la guerra que libra Israel es la del mundo libre contra un enemigo anclado en la edad media. Una batalla por nuestra supervivencia. Los que son como usted afirman que los terroristas palestinos son una creación del estado de Israel con sus ataques a la indefensa población musulmana. Vamos a imaginar por un momento, que ya es mucho imaginar, que usted tuviera razón. En ese caso, y usando su pueril razonamiento, los judíos que vieron como los nazis se cobraban la vida de 6 millones de los suyos, deberían haber estado colocando bombas en todas las iglesias de Alemania. Sin embargo, como bien sabe no ha ocurrido jamás. Tampoco habrá visto a un budista inmolarse en una Mezquita porque los descendientes de Mahoma dinamitaron sus budas gigantes. Le hablo de hechos, no de ensoñaciones sacadas de una mente calenturienta.

Por otra parte, no sé en base a qué su señoría trata de darnos lecciones de democracia. Usted, partidario de la dictadura del proletariado que ha causado más de 100 millones de muertos en todo el mundo, debería guardar el más significativo de los silencios. Le recuerdo que cuando un perro comienza a lanzar miradas por los rincones termina vomitando en la alfombra. Y eso es precisamente lo que pasa con el can bermejo, el suyo, que siempre termina devolviendo el alimento que genera el odio necesario para el pelotón de fusilamiento. Bien lo sabemos los liberales. Esos que  tendríamos que exiliarnos para no acabar en el GULAG que tanto le gusta.

Finalmente decirle que dedico mi tiempo a la solitaria tarea de usar mi pluma contra la corrupción andaluza que su grupo parlamentario apoya. Lo hago a pesar de que prefiero las aguas tranquilas y calmadas a las grandes tormentas. Una tarea que culmina en trabajos de investigación que ponen en jaque  esa clase corrupta que gentuza como usted defiende con su violento partidismo. Y en esa tarea me he descubierto como un anticomunista irredento que piensa combatir su ideología hasta el último aliento. Sencillamente no estoy dispuesto a entregar el futuro de mis hijos a personajes que desprenden odio a cada paso. Hasta que nuestros caminos se crucen, que se cruzarán, le dejo con este humilde soneto.


Por qué dicen que es un doctor
Cuando no es más que matasanos
Al que apellidaron Llamazares
Por liquidarles en el Manzanares

Adicto a las locuras del Politburó
Suele cocear como un torpe burro
Que sigue fielmente al aparato
Para poder gritar al liberal; te mato

Y cuando no habla de liberales
Se convierte en feliz onanista
Acordándose de los federales

Dejémosle pues con sus locuras
Que si la ciencia perdió un doctor
El mundo del circo ganó un payaso.

Sergio Calle Llorens












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